SAN LUIS POTOSÍ, SLP., CIUDAD DE MÉXICO, diciembre 22 (EL UNIVERSAL).- Con mucha paciencia, pero también entusiasmo niños, niñas, adolescentes y jóvenes de San Luis Potosí diagnosticados con discapacidad intelectual realizan piñatas de siete picos, tradicionales en las posadas navideñas y piñatas decorativas para fiestas, para lograr una independencia económica en un futuro.
Con meses de anticipación, previo a las fiestas decembrinas, cerca de 20 menores de edad y adultos jóvenes que forman parte del proyecto HADI o Haciendo la Diferencia, se preparan con periódico, engrudo, cartón y papel de diferentes colores para poder hacer volar su imaginación y realizar con sus propias manos las tradicionales piñatas para que familias potosinas puedan romperlas en sus festejos.
A través de talleres, atención psicológica, pero sobre todo en un espacio seguro en donde conviven con más personas con discapacidad intelectual y otro tipo de discapacidades, los menores de edad y adultos jóvenes dedican su tiempo y cariño para la elaboración de las piñatas, postres, bisutería, manualidades, entre otros, para posteriormente venderlos, pero también aprenden técnicas para poder convivir con personas sin discapacidad en espacios públicos.
—«Un futuro para ellos»
Con la crisis emocional, de salud y económica que trajo la pandemia por Covid-19, dos mujeres potosinas, madres de jóvenes con discapacidad intelectual decidieron crear un proyecto llamado Haciendo la Diferencia con el propósito de ayudar a niños, niñas y jóvenes con discapacidad en San Luis Potosí a ser independientes aún cuando las madres y padres cuidadores falten.
El proyecto que también busca visibilizar la discapacidad intelectual, surgió hace dos años cuando Marisol Escobar y Marialuisa Huerta se sentaron a platicar sobre el temor que les generaba el no saber qué futuro les esperaba a sus hijos una vez que ellas faltaran, por lo que decidieron comenzar a cambiar la realidad de sus hijos y posteriormente de otras familias para lograr que las personas con discapacidad intelectual que habitan en la entidad potosina puedan tener una vida normal y no depender de sus padres o cuidadores.
«Queremos un futuro para ellos, no queremos que sigan en casa encerrados sin saber nada más que lo que existe dentro de su casa, queremos que sean independientes, lo más que puedan. Se les enseña lo básico, un trabajo y cómo desplazarse ante la sociedad que no reconoce la discapacidad intelectual porque no se ve», precisó Marisol Escobar.
«Queríamos tener un lugar en donde los niños y jóvenes con discapacidad puedan sentirse a gusto y libres», comentó por su parte María Luisa Huerta.
Aunque impartir las clases en los menores y jóvenes con discapacidad intelectual pudiera ser complicado por la paciencia que algunos de las elaboraciones dentro de los talleres requieren, en HADI se preocupan por el bienestar del menor o adulto joven, por lo que se trabaja a través de las habilidades y competencias que la persona vaya demostrando, así como que se minimiza la discapacidad con la que cuenten para poder incluirlos a todos.
Para Fátima Barbosa y Héctor Ortíz, psicóloga y profesor dentro del proyecto espectivamente, más que dificultades, en las sesiones con los alumnos lo que notan es entusiasmo y ganas de salir adelante por parte de ellos y de sus familias que los apoyan; sin embargo, destacaron que sí hay barreras externas que van relegando a las personas con discapacidad en general, pero sobre todo a quienes cuentan con una discapacidad intelectual.
Héctor Ortíz indicó que para poder vencer las barreras sociales se trabaja con la familia para reconocer la capacidad del niño, niña o joven, así como la parte emocional tanto con cuidadoras, padres y hermanos como con los alumnos, para posteriormente fomentar la sociabilización y el desarrollo de las habilidades para realizar algún emprendimiento que les dé solvencia económica en un futuro.
Recomendó a las personas que tienen un familiar con discapacidad intelectual a no encerrarlos en sus casas, a fomentar en las escuelas que puedan recibir la misma educación que las personas de su edad y no relegarlos, acudir a grupos de apoyo o buscar espacios de convivencia y desarrollo como en HADI.
«No hay que subestimarlos, hay muchas habilidades y destrezas que logran cuando se les da la oportunidad ayúdenlos a crecer», agregó.
—Productos con amor y dedicación
Finalmente, las mamás e integrantes del proyecto HADI hicieron un llamado a las y los potosinos a poder adquirir los productos creados con amor y dedicación de las personas con discapacidad intelectual que buscan poder salir adelante sin depender de sus familias, sobre todo durante las próximas fiestas de navidad y año nuevo.
Los menores y adultos jóvenes con discapacidad participan en los mercaditos inclusivos que realiza la sociedad civil y el Ayuntamiento de San Luis Potosí, pero también venden de manera independiente los productos, para mayor información pueden visitar sus redes sociales.