México, 15 jun (EFE).- Decenas de personas, entre ellas niños con algún tipo de discapacidad, disfrutaron este sábado de un día de «surf» y playa en el balneario mexicano de Acapulco gracias a la Fundación Surfeando Sonrisas.
Dichas actividades recreativas fueron diseñadas con el objetivo de darles mayores y mejores oportunidades, además de brindarles un día de inclusión y sin etiquetas.
Un clima cálido, oleaje perfecto y diversión, fueron parte del escenario que la asociación le regaló a niños, jóvenes y adultos con capacidades diferentes, al darles la oportunidad de «surfear» y «montar olas» en la playa Bonfil, ubicada 30 kilómetros de distancia de la ciudad de Acapulco.
«Es el segundo año que hacemos este evento, somos una fundación que se dedica a mejorar la calidad de vida de niños y jóvenes con discapacidad a través del ‘surf'», contó a Efe el director de la fundación, Daniel Gómez de la Vega.
El representante de la fundación consideró necesario «informar y educar creativamente» para que la gente entienda de qué se trata la discapacidad «porque no hay mucha información».
Cuarenta y cinco participantes con discapacidades como síndrome de Down, autismo, parálisis cerebral, amputaciones y lesiones medulares y ceguera, tuvieron la oportunidad de poder estar en el mar y surfear, muchos de ellos por primera vez.
Tras sufrir una lesión medular y quedar parapléjico, Gómez de la Vega decidió darle la oportunidad a personas con discapacidad de ser parte de un nuevo grupo como lo son los surfistas, luego de que él fuera parte de esta práctica.
«Mis amigos me dieron la oportunidad de regresar al agua y es la misma oportunidad que queremos ofrecerle a los niños y jóvenes», dijo el directivo, y por ello junto con la asociación quiere romper las barreras existentes entre personas con discapacidad y la sociedad.
Martha Araujo, madre de dos niños con capacidades diferentes-síndrome de Down y TDAH (Trastorno por déficit de atención con hiperactividad)- consideró que la práctica de este día «fue una de las mejores experiencias» que ha podido tener junto con su hijos, ya que más que realizar por primera vez el deporte ellos están siendo incluidos en una actividad.
«Que bueno que nos integren, que hay esa posibilidad de que puedan ellos entrar al mar y disfrutar de algo que a lo mejor en otros años no podía hacer, esperemos que incluyan a muchos más, que tengan este privilegio», contó.
Pese a que este evento estuvo pensado principalmente para niños y jóvenes, los adultos también fueron parte de este, por lo que Roberto Librado dejó a un lado sus miedos y decidió subirse a una tabla de surf, ya que considera que este deporte lo mantiene relajado.
«Nunca llegué a practicar el surf, hasta ahora, cuando me metí al agua y estuve dentro del mar me olvidé que soy una persona con discapacidad», relató.
Roberto, de 46 años, sufrió un accidente automovilístico hace doce años en el cual perdió los dos miembros inferiores (piernas), y para no caer en depresión decidió darle un giro a su vida al practicar surf, ya que asegura que su discapacidad no es motivo para dejar de hacer cosas.
«Quiero decirle a la gente que se animen a vivir nuevas experiencias, estas te van a dar una calidad de vida y poco a poco se van ir abriendo más oportunidades, este evento es también para hacer conciencia, que seamos incluidos», apuntó.
En Acapulco existen más de 15.000 personas que padecen alguna discapacidad y no son incluidas en programas públicos, por lo que los hace doblemente vulnerables.
«Sí pueden practicar esta actividad las personas con discapacidad, el problema es que no estamos preparados para ellos, hay barreras arquitectónicas y la mentalidad es la causa número uno», finalizó Gómez de la Vega, que para incluir a más personas llevará este evento en próximas fechas a otras playas en México como las de Ixtapa-Zihuatanejo, en Guerrero, y Sayulita en el estado de Nayarit.