México, 8 ene (EFE).- Los trastornos psicológicos están entre las posibles alteraciones que puede sufrir una persona que trata a sus mascotas como sus hijos, alertó Raúl Valadez Azúa, especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
«Cuando alguien trata a un can como si fuera un humano rompe con la interacción hombre-perro que se formó desde hace 20.000 años», destacó Raúl Valadez Azúa, investigador del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, mediante un comunicado distribuido este miércoles.
De acuerdo con el experto, introducir a un animal a un esquema que no es parte de su esencia «afecta su perspectiva y es incapaz de procrear» porque no reconoce a los miembros de su especie como sus pares.
Señaló que esta nueva corriente se ha favorecido por el consumismo e individualismo y que es el resultado del aislamiento personal, la inseguridad y la cibercomunicación.
Lamentó que a partir de la década de los años 80 del siglo pasado «los perros se convirtieron en un artículo de comercio», pues al adquirir uno también se compra una gran cantidad de objetos para él.
«Esto se reforzó cuando aparecieron películas donde eran los protagonistas. Todos querían ciertas razas, sin importar si eran las más adecuadas para las necesidades de la familia», indicó.
El experto señaló que la relación entre perro y humano data de hace 33.500 años y esta se hizo más estrecha cuando comenzaron a compartir actividades como la cacería, el alimento y el territorio.
«A partir de ese momento, el hombre promovió la formación de animales más dóciles, obedientes y serviles», dijo.
Explicó que en esta sociedad, el hombre siempre fue el líder, condición que los canes reconocen sin dificultad, «salvo que el primero carezca de habilidades o ceda el liderazgo», recalcó.
De acuerdo con los datos del Consejo Nacional de Población, desde el año 2000 miles de jóvenes mexicanos han preferido adoptar animales que tener hijos.
Mientras que el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reportó que a partir de ese año el número de nacimientos en el país ha ido disminuyendo.
Según un estudio del Centro de Opinión Pública de la Universidad del Valle de México publicado en 2018, 60 % de los hogares mexicanos cuenta con un animal de compañía y casi 70 % de esas familias los considera como un miembro más y como tal lo trata.
El estudio también señala que el vínculo con estos es tan intenso que 57 % los considera muy cercanos emocionalmente, 29 % habla con ellos y 26 % siempre recurre a sus animalitos por consuelo cuando está triste.
Además, 41 % los carga muy frecuentemente y 57 % se siente muy alegre cuando llega a su casa y se encuentra con ellos.