Los comerciantes de los mercados y de productos de temporada se dieron vuelo encareciendo en casi 100% los precios de los alimentos procedentes del mar y los insumos para la preparación de los platillos especiales de los días santos, aprovechando que en este período suspendieron actividades las dependencias encargadas de monitorear los precios.
La única respuesta que hubo de parte de los comerciantes que le hincaron el diente a los consumidores es que “los precios amanecieron muy arriba”, sin dar alguna otra justificación de las “criminales alzas unilaterales” que aplicaron en productos como los pescados, mariscos y otros insumos.
Fue en los mercados donde los comerciantes más abusaron de la gente, pues de acuerdo a un monitoreo de precios realizado por HIDROCÁLIDO, el kilo de camarón, el huachinango, pulpo y hasta de la mojarra dobló su costo en relación a las cotizaciones que se manejaron por las tiendas especializadas en la venta de productos del mar e incluso en las tiendas de autoservicio.
De esta manera, se pudo comprobar que mientras que en las pescaderías del Mercado Terán el precio del camarón coctelero se aproximó a los 500 pesos el kilogramo, en establecimiento de distribución al mayoreo y menudeo el mismo producto, pero congelado, se ofertó en 230 pesos, por lo que el encarecimiento en este caso superó el 100 por ciento.
Lo mismo ocurrió con el aguacate, cuyo precio se disparó hasta los 70 pesos por kilo; la papa güera, que manejó un precio desproporcionado; la cebolla, el cilantro, el limón, el pipian, los nopales y otros muchos insumos utilizados para la elaboración de los tradicionales platillos de cuaresma cuyo precio terminó por desbalancear y afectar la economía de las familias.
Aprovechando el “puente” que se dieron las autoridades encargadas de “velar” por los derechos de los consumidores y por la economía de las familias, los comerciantes de los mercados públicos se pasaron por el arco del triunfo la disposición de la exhibición de precios a la vista del público, lo que generó malestar entre los compradores y más cuando comprobaron que en materia de precios los comerciantes hicieron su agosto.
Entre las personas que hicieron las compras para sus comidas especiales de los días santos se escucharon quejas amargas porque no pocas se inconformaron con los abusos que se dieron en el manejo de los precios como en los kilos de 800 gramos o al tanteo que estuvieron manejando algunos vendedores de establecimientos con venta de productos de temporada.