Con el arranque este miércoles de la temporada de Cuaresma y que es cuando se dispara el consumo de pescados y mariscos, las pescaderías, distribuidores de productos del mar y tiendas de autoservicio con venta de alimentos de la temporada estarán sujetos a una vigilancia sanitaria especial, enfocada a evitar riesgos a la salud de la población por la mala calidad que puedan tener esos productos.
El director de Regulación Sanitaria, Faustino Piñón Ramos, aseguró que el equipo de verificadores se concentrará en el operativo que arranca este miércoles, por lo que no sólo se certificará que los productos estén frescos sino que también se investigará su procedencia y manejo, a fin de que no se exponga la salud de la población.
Se pondrá mucho cuidado en el manejo adecuado de los productos del mar, tanto en su conservación como en su preparación, además de que se tomarán muestras que serán analizadas en el laboratorio con el propósito de certificar su calidad, independientemente de que se trate de productos frescos o congelados, mencionó el funcionario.
Sostuvo que para un sector importante de la población la temporada de Cuaresma resulta ser un tiempo de abstinencia y reflexión, donde la demanda de alimentos y productos específicos aumenta considerablemente, como es el caso de los pescados y mariscos, ante lo cual es crucial garantizar que los productos alimenticios cumplan los más altos estándares de calidad e higiene.
En ese sentido, Piñón aseveró que desde este miércoles que arranca la Cuaresma y hasta el próximo 31 de marzo, el personal de la Dirección de Regulación Sanitaria se centrará en fortalecer la vigilancia sanitaria en todos los municipios del Estado, realizando inspecciones exhaustivas en establecimientos donde se procesan y venden estos productos.
“Estaremos monitoreando activamente para prevenir la presencia de microorganismos que puedan causar enfermedades gastrointestinales”, insistió el titular de la Dirección de Regulación Sanitaria, quien dijo que para garantizar la seguridad alimentaria, es importante verificar que los productos estén almacenados y refrigerados correctamente, evitando consumirlos crudos y no adquirirlos en lugares poco confiables, como presas o ríos contaminados.