México, 26 feb (EFE).- Organizaciones y enfermos de diabetes mellitus tipo 1 solicitaron este miércoles ante el Senado de México que se elabore un registro único de pacientes con la finalidad de garantizar los insumos para su tratamiento.
Tras el foro Retos y perspectivas de personas que viven con diabetes mellitus tipo 1 en el Senado Mexicano, la directora ejecutiva de la Federación Mexicana de Diabetes, Gisela Ayala dijo a Efe que es necesario un censo de las personas que padecen esta enfermedad.
Esto, señaló, porque no se cuenta con información de qué tipo de insulina usan, cuáles son sus dosis y si realizan un monitoreo de los niveles de glucosa.
Además de que con este registro se podría garantizar los insumos que requieren los pacientes para llevar a cabo su tratamiento.
En el sector salud, agregó Ayala, aunque se provee de insulina a los pacientes no se les otorga ninguna herramienta de auto control, el cual es básico para que su enfermedad esté controlada.
«Todas las guías dicen que el uso de insulina hace obligatorio el automonitoreo de los niveles de glucosa en sangre, no puede ser que en el sector público den insulina pero no existe el monitoreo provisto por este», sentenció.
La diabetes tipo 1, explicó la endocrinóloga pediatra Abril Arellano Llamas, es un enfermedad que no se puede prevenir, contrario a la tipo 2 y se manifiesta en edades muy tempranas.
Sucede cuando el páncreas deja de producir insulina y por ello estos pacientes se vuelven insulinodependientes de por vida. Es un padecimiento menos común que la tipo 2 y la mayoría de las veces los padres no saben que sus hijos la padecen sino hasta que debutan con un cuadro de cetoacidosis diabética o un coma diabético.
De ahí la importancia de observar a los niños si tienen algún cambio en el apetito, sus niveles de sed, orinan más seguido o tienen pérdida de peso importante.
Como sucedió con Manuel Jaimes Elías, quien a los 9 años fue diagnosticado con diabetes tipo 1. El joven que actualmente tiene 21 años compartió que para su fortuna sus padres se dieron cuenta de que tenía mucha sed y se sentía mareado y con mucho vómito.
Aseguró que su padre ya tenía 25 años viviendo con diabetes tipo 2 y esto ayudó a que identificara algunos de los síntomas y detectaran su padecimiento a tiempo.
«Soy uno de los pocos casos porque la mayoría no se dan cuenta de estos síntomas y los niños llegan con un cuadro de cetoacidosis o coma diabético», dijo el joven.
Manuel declaró que su vida dio un cambio drástico desde que fue diagnosticado pues tuvo que aprender a comer, contar carbohidratos de sus alimentos, además de inyectarse él mismo, medir sus niveles de glucosa e interpretarlos.
Aunque al inicio le daba miedo inyectarse, poco a poco se le quito ya que tiene que pincharse hasta 8 veces al día.
Aseguró que para un niño de 9 años la responsabilidad de estar en constante monitoreo, aplicándose el medicamento y cambiar ciertos hábitos es mucha; sin embargo, aprendió que esto forma parte de su vida.
«La diabetes tipo 1 no te impide alcanzar tus sueños, no tiene ninguna limitante y es importante la educación en diabetes en este país para demostrar que con diabetes se puede vivir y ser muy feliz», concluyó Jaimes Elías.