CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 1 (EL UNIVERSAL).-
Elon Musk, el nuevo propietario de Twitter, está sopesando cambios radicales en la red social, desatando una ola de controversias.
Musk despidió a la junta de directores de la compañía y se nombró él mismo como único integrante, según un informe de la compañía presentado el lunes ante la Comisión de Valores. Posteriormente, el multimillonario tuiteó que la nueva configuración del consejo es «temporal» pero no dio a conocer más detalles.
También está tanteando las aguas sobre la posibilidad de que los usuarios paguen por la verificación de sus cuentas. Un inversor que trabaja con Musk tuiteó una encuesta preguntando cuánto estarían dispuestos a pagar los usuarios por la marca azul que usa Twitter para verificar cuentas. Musk propuso ocho dólares.
«El sistema actual de señores y campesinos, con los que tienen la marca azul y los que no, es una mierda. ¡Poder para el pueblo! Azul por 8 dólares al mes», dijo el jefe de Tesla y SpaceX, quien se transformó en el nuevo propietario de Twitter el jueves.
Actualmente, solo ciertos perfiles pueden solicitar la marca de autenticidad azul, incluyendo gobiernos, empresas, medios de comunicación, personalidades políticas, culturales o deportivas, entre otros. Y pueden perder su credencial si no respetan las reglas de la plataforma.
Pero el plan de Musk de cobrar por la verificación podría resultar contraproducente.
Jeff Jarvis, un prolífico usuario de Twitter que enseña en la Escuela de Periodismo de la CUNY y estudia cómo viaja la información en la era digital, explicó en declaraciones a NBC News que «todos los bromistas, mercadólogos y propagandistas de pacotilla comprarán una marca de verificación azul y, por tanto, devaluarán por completo la marca de verificación azul. Y Musk ya no tendrá nada que vender».
NBC recuerda que de acuerdo con un estudio del Pew Research Center, alrededor de una cuarta parte de los adultos estadounidenses utilizan Twitter, y su influencia es quizá aún mayor: las conversaciones en el servicio constituyen el telón de fondo de los debates políticos y culturales que dominan el ciclo de noticias cada día. Gran parte de su valor se debe a su carácter noticioso: las declaraciones de empresas, celebridades, funcionarios electos y los periodistas que los cubren. Y ese valor se basa en gran medida en el sistema de verificación que ha construido la empresa.
En un artículo publicado el lunes en el diario británico New Statesman, James Ball, editor global de The Bureau of Investigative Journalism, habló del riesgo que implica el plan de Musk y recordó que él mismo fue suplantado por una cuenta fraudulenta de Twitter antes de ser verificado.
«Sin una forma gratuita de que las cuentas notables confirmen que son reales, sería más fácil para las cuentas falsas que se hacen pasar por bancos, agencias gubernamentales o personas notables engañar a los usuarios inocentes y difundir noticias falsas», escribió, y añadió que la ausencia de una verificación limitada y gratuita, convertiría a Twitter en «un paraíso para los hackers».
Algunos dijeron que considerarían una suscripción a Twitter, pero no por la verificación.
Marcus Hutchins, investigador británico en seguridad, dijo que «con gusto pagaría por Twitter», pero «si se trata de destacar cuentas notables, entonces permitir que la gente compre la verificación socava el punto».