Se prenden otra vez todas las alertas en el tablero, aunque de hecho, nunca han dejado de estar encendidas, pues lo que está ocurriendo a nivel nacional está de miedo y sí, tiene que ver con la violencia desbordada.
Vaya desafío para las autoridades lo que ha ocurrido a últimas fechas, pero lo comentábamos en días pasados, fue un acto de barbarie haber asesinado a dos sacerdotes jesuitas dentro de su templo en la Sierra Tarahumara, en Chihuahua, cuando pretendían defender a un hombre que era perseguido.
Lo que pasó después ha sido ampliamente comentado en las páginas de este Diario, el triple crimen, el robo de los cuerpos, el hallazgo y lo nuevo y que realmente sacudió conciencias es el mensaje que dio el superior de los jesuitas en México, que presidió la misa exequial del par de sacerdotes, pues lo mínimo que le dijo al Presidente es que su estrategia de seguridad no funciona, algo que no es nuevo y que todos los días alguien lo menciona y que todo mundo lo puede ver, menos él, porque tiene otros datos.
El mandatario, como debe ser, opina de todos los temas, pero soslaya lo que verdaderamente inquieta a la sociedad, que es el incremento de la violencia y por ende, el miedo a la inseguridad que hay de frontera a frontera, aunque a últimas fechas el problema se focaliza en varias Entidades, dos de ellas vecinas de Aguascalientes, como Zacatecas y Jalisco.
Se ha tocado el tema una y otra vez, pero es porque cada vez es más sorprendente lo que acontece, pues aunque como sociedad nos estamos acostumbrando a vivir con miedo y a la normalización de la inseguridad, lo que hacen los grupos criminales es cada vez más preocupante, pues sus niveles de violencia sobrepasan todo lo imaginado.
Apenas había pasado el impacto mediático sobre lo que le hicieron a los sacerdotes jesuitas cuando otros actos sacuden la conciencia y hoy lo damos a conocer en esta edición: el crimen está amenazando a la Iglesia y la denuncia la realizan los Cardenales de Guadalajara y el Obispo de Zacatecas.
El Cardenal reveló que el crimen organizado les hace cobro de piso y que les exige la mitad de lo recaudado en las fiestas patronales, algo que previamente debe estar autorizado por el jefe de plaza.
En Zacatecas, donde la cosa está que arde, fue peor, porque el Obispo fue retenido en un retén por criminales y obvio, tras identificarse lo dejaron pasar, pero el mismo prelado recomienda a la sociedad a de plano no pasarse los retenes que instalan los grupos delictivos, que es mejor identificarse y salir con las manos en alto para proteger la vida, para no ser una víctima más de la delincuencia organizada. A eso hemos llegado.
Por donde se le vea esto ya se descontroló, pero el que debería poner el ejemplo y las acciones, el Presidente, jura y perjura que con su estrategia, fallida a todas luces, va a controlar al crimen. Insistimos, tiene otros datos.