Ya mucho se ha escrito sobre el aborto, que si es legal o no, que si debería ser penado o no, lo cierto es que es una realidad que pasa no sólo en México, sino en todo el mundo.
La valiente y polémica decisión de los magistrados de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sobre no penalizar el aborto levantó las más encendidas reacciones de quienes se dividen entre que está bien o está mal, pero no se han tomado en cuenta opiniones que giren en un punto medio.
Hemos escuchado voces a favor, generalmente de mujeres, quienes están de acuerdo con tener la responsabilidad absoluta de lo que pase en su cuerpo; las voces en contra son de grupos provida que no aceptan, bajo ninguna circunstancia, la interrupción de un embarazo.
Pero aún no se ha manifestado con contundencia la opinión de los médicos y de cualquier personal del sector salud que en teoría se verían obligados a interrumpir un embarazo; se le llama objeción de conciencia, y en otras palabras, es el argumento que utiliza alguien para rechazar, negar o impedir que un acto o una idea se lleve a cabo.
En palabras sencillas, los médicos no pueden ser obligados a practicar abortos, incluso, en el Colegio de Médicos de nuestro Estado, su dirigente Roberto Velasco opina, al igual que la mayoría de sus colegas, que la interrupción de la vida de un bebé en cualquier etapa de la gestación no deja de ser un crimen, y va a más, su bandera de defensa es que su profesión es para salvar vidas, no para matar. No se diga más.
Pero hagamos además una puntualización: siempre se responsabiliza a la mujer de tomar este tipo de decisiones, pero ¿y los varones dónde quedan? Obvio, no todos son iguales, y ante embarazos inesperados se hacen responsables del nuevo ser, aunque abundan, ni cómo negarlo, hombres que se hacen ojo de hormiga nada más enterarse de que han procreado un hijo y suelen dejar a la pareja a la deriva, teniendo ellas que tomar decisiones difíciles.
¿No sería más fácil hacer campañas de prevención y tener acceso a métodos anticonceptivos?, aunque a estas alturas los métodos abundan, pues se puede conseguir protección en farmacias, tiendas de conveniencia, supers y hasta en tienditas de la esquina, por lo que realmente si no se usan es porque simple y sencillamente les ganó el deseo.
Y ni tocar otros temas como los médicos: malformaciones graves, violaciones, incestos, esos son temas que se deben de tratar de forma particular y no deberían ser puestos a consideración de nadie más que de los padres.
En fin, será un tema siempre polémico, pero que es una realidad, como por ejemplo que casi 150 mujeres de Aguascalientes han acudido a la capital del país para abortar, pues allá hacen ese procedimiento en varios hospitales, sumándose a las más de 230 mil féminas que han decidido acabar con la vida de su hijo en el vientre.
Quien quiera abortar va a buscar los medios, pero esa decisión quedará para siempre en su conciencia, para bien o para mal.