Phoenix (AZ), 14 ene (EFE News).- El «Multicultural», un emblemático mural en Santa Fe (Nuevo México) que representa parte de la historia de los nativos estadounidenses e hispanos inmigrantes, podría ser demolido para la construcción de nuevo centro de arte contemporáneo.
La Oficina de Preservación Histórica de Nuevo México aprobó un nuevo diseño para Vladem Contemporary, una sucursal del Museo de Arte estatal que, con una inversión de 12,5 millones de dólares, será levantada, probablemente este año, en el mismo terreno donde se encuentra enclavado el mural.
Para emprender la obra se necesitaría echar abajo el histórico mural, cuya creación fue coordinada por el artista chicano Gilberto Guzmán en la década de los 80.
No se contempla la conservación de un mural que en 2017 fue denominado uno de los «Tesoros vivos» de Santa Fe y que captura una época de Nuevo México como es Movimiento Chicano (1965 a 1979).
«Es una obra de arte con cuarenta años de existencia, y describe de forma fascinante el movimiento de los chicanos y latinos en Santa Fe», dijo a Efe Tom Romero, presidente de la junta del Museo Cultural de Santa Fe.
«Esas imágenes representan la mezcla de sangre de nuestra gente, y sabemos que a la gente de aquí no les gusta mucho asociarse con esa parte de la Historia», agregó sobre la temática del mural.
Romero, quien también es un gran amigo de Guzmán, aclaró que a sus 85 años de edad el artista se ha mantenido al margen de la polémica sobre la demolición del mural, pintado en el costado del histórico edificio Halpin Center, en la avenida Montezuma.
«Ya está retirado y un poco enfermo, por lo que no está peleando por su propia causa, pero hay otros que sí estamos peleando, ya que él y su obra representan a los inmigrantes que llegaron a Santa Fe y formaron una comunidad», afirmó Romero.
Sin mantenimiento ni restauración desde hace años, «Multicultural» hace referencia a la llegada de los inmigrantes.
En la pintura se puede observar a trabajadores mestizos en la construcción ferroviaria, además de otras imágenes como una máquina de vapor y el desfiladero del Río Grande.
También, se observa una diosa del maíz, un toro representando a los españoles, rostros de distintas razas y una mujer desgranando mezquite en un molcajete.
Romero resaltó que, «irónicamente», en la parte frontal del edificio Halpin se encuentra un letrero que reza: «Una nación que olvida su pasado, no tiene futuro».
«Me hace enojar esta situación de olvidar nuestro pasado, no hay respeto para preservar una obra que aunque no es muy elocuente, es muy significativa para la gente del pueblo», sostuvo.
A principios de este mes, se dio luz verde al proyecto de la ampliación del museo, pero esta decisión generó una serie de críticas por parte de artistas como Romero, pues la ley estatal exige la consulta con la jurisdicción local.
«Actualmente no podemos hacer nada porque es propiedad de Nuevo México. Hemos hablado con diferentes individuos que trabajan para el Estado, pero el problema siempre va a ser cómo quitar el mural y reinstalarlo en otro lugar, o hacerlo dentro del edificio para que se proteja», comenta Romero.
«Es una lástima que pueda más el dinero que la Historia», expresó.
La Oficina de Preservación Histórica del Estado señaló que el nuevo proyecto «física e ideológicamente pone al Museo en diálogo con la escena cultural en el distrito de Santa Fe».
«Esto significa aumentar la escala del Museo de Arte de Nuevo México para implementar espacios más grandes y más flexibles, y crear más oportunidades de educación y rendimiento», dice un comunicado.
Michelle Gallagher Roberts, directora ejecutiva interina del Museo, reconoció a Efe que aprecian la importancia del mural, que fue pintado por Guzmán en colaboración con Zara Kriegstein y otros artistas.
«Si bien una obra de arte en un espacio público puede comenzar como la visión singular de un artista o grupo de artistas, con el tiempo el arte público adquiere un significado adicional para la comunidad», dijo Gallagher.
«Un conservador de arte independiente evaluó el mural y descubrió que el tratamiento de conservación no evitaría el deterioro futuro, que continuará formando grietas e inestabilidad, deformaciones planas y pérdidas; ni la conservación puede abordar la gran mayoría de la decoloración existente de la imagen», explicó.
Gallagher detalló que el informe de los especialistas señala que cualquier programa de arte público considera desde el principio que los murales son temporales, con una vida útil de aproximadamente 10 o 20 años.
Romero reiteró que será una gran pérdida para Santa Fe, ya que ese mural es un ícono para los habitantes de la comunidad que diariamente observan la pintoresca obra de Guzmán cuando realizan sus labores diarias.
«Solo escuchan nuestros comentarios de oposición, pero eso no tiene fuerza, habla más el dinero y una donación de 4 millones de dólares que dieron los Vladem para que ese Museo llevara su nombre, en este caso los que tienen el dinero son los que ganan», sentenció.