Juan Espinoza Jiménez, Obispo de la Diócesis de Aguascalientes, lamentó que haya quienes usen a Dios y a la Iglesia Católica para servirse y lograr ascensos, como es el caso de los políticos, quienes únicamente buscan “hacer negocio con las cosas de Dios”. Expuso que es indignante que hoy en día la Iglesia se haya convertido en un lugar de negocios y no de adoración, por lo que resaltó que es necesario recuperar el sentido genuino de los recintos sagrados.
En su homilía dominical, Monseñor manifestó que en la actualidad hay quienes buscan usar el nombre de Dios con fines extraños, lamentando que los templos cristianos se estén convirtiendo en mercados.
“Qué grave es hacer negocio con las cosas de Dios, qué grave cuando alguien quiere servirse de Dios o de la Iglesia o de su condición católica para subir en el ámbito político, social o económico, Jesús se indigna de que la casa de su padre se haya convertido en un lugar de negocios y no de adoración”.
Dijo que hoy en día “han convertido en un mercado la casa de mi padre, este gesto profético es radical, no es sólo contra la institución actual, es una acusación contra todo sistema que intenta manipular el nombre de Dios con fines extraños, Jesús en su templo se manifiesta como el nuevo templo que genera relaciones con Dios y con los demás”.
Por lo anterior, el Obispo manifestó que es importante “preocuparnos de nuestros templos, de su limpieza, de su belleza, de su silencio, ser conscientes que el templo es la casa de Dios y que requiere de nosotros una actitud de respeto y de disposición para poder encontrarnos con Dios; necesitamos recuperar el sentido genuino de nuestros recintos sagrados para que sean realmente casas de oración en las cuales celebremos nuestra fe”.
De igual forma, cuestionó el comportamiento de quienes van a misa, “cómo es nuestro comportamiento en el templo. ¿Vengo en verdad a encontrarme con Dios? ¿Vengo por obligación o busco otros intereses? Tengo el debido comportamiento o en la Iglesia me la paso masticando chicle, a veces comiendo, platicando con el que tengo al lado, viendo qué dice el Obispo para después publicarlo, ver en qué se equivoca, o qué dice el sacerdote”.