Por brotes de Covid-19 en la Zona de Tolerancia, sólo cuatro de los 18 establecimientos autorizados están en funcionamiento, el resto bajó cortinas, uno a uno, durante la pandemia.
Los contagios se han presentado en todas las áreas de la llamada zona roja, alcanzando desde veladores, meseros, barmans, personal de limpieza y hasta a las sexoservidoras.
Debido a la propagación del virus, la afluencia semanal en el lugar también conocido como “Las Violetas”, cayó drásticamente, en promedio sólo asiste el 25 por ciento.
Previo a la pandemia el lugar era frecuentado por un promedio de 250 parroquianos, sin embargo, ante la emergencia sanitaria y los contagios que han surgido, a la fecha sólo acuden entre 40 y a lo mucho 60 personas en toda la semana, según registros oficiales de Reglamentos municipales a los que tuvo acceso HIDROCÁLIDO.
Aunque hay mucho sigilo y discreción en cuanto a la información sobre los contagios en sexoservidoras, la realidad es que sí se han presentado varios casos positivos al Covid-19, pero se desconoce la cifra exacta de las mujeres contagiadas.
Aunque en la Zona de Tolerancia se cuenta con un área médica donde todas las sexoservidoras son revisadas cada que acuden al sitio, no se han librado de los contagios, porque el virus ha sido llevado por los parroquianos.
En consecuencia, la cadena de contagios se ha ido expandiendo en la zona roja, alcanzando a varios trabajadores e incluso a los verificadores de Reglamentos municipales.
Mientras tanto, precisamente por temor a contagiarse, aunado a la crisis económica que desató el Covid-19, la afluencia a los centros nocturnos del predio denominado ‘Las Violetas’, cayó drásticamente y sólo sobreviven cuatro establecimientos.