Decenas de migrantes llegan diario a Aguascalientes en busca de poder descansar luego de su recorrido por el país a bordo del tren y conquistar el sueño americano. Sin embargo, aquí en la Entidad no hay albergues disponibles para alojarse. Como resultado duermen en la calle y otros van en busca de servicio médico. Jesús Maya, encargado del albergue temporal suspendido en el municipio de Jesús María, se siente impedido para ayudarlos.
“Yo no puedo dejarlos entrar porque la Dirección de Regulación Sanitaria me lo exigió. Y si no lo cumplo iré a la cárcel. Lo que veo es que los migrantes llegan conmigo y debo rechazarlos, quienes se van a dormir a la calle. Apenas el domingo pasado una familia cargaba un bebé y les permití entrar al albergue para cubrirse del frío. No me importó que fuera a la cárcel”. El padre de familia enfermó de gripe y fue internado en el hospital Hidalgo. Su bebé también presentaba ligeros síntomas de resfriado.
Así como esta familia, llegan más procedentes de Guatemala y Colombia, pero al prohibirles el acceso algunas buscan refugio en lugares donde no representen un peligro para no ser víctimas de la delincuencia.
Lamentablemente para estas personas, viajan por días a bordo del tren en condiciones infrahumanas, dormidos sobre vagones repletos de mercancía. Y otros lo hacen sobre el techo.
“Yo ya no tengo literas en el albergue, se las presté a ciudadanos cubanos que llegaron a Aguascalientes y rentaron una casa. Sólo me quedé con una litera. Espero remodelar el albergue para que Regulación Sanitaria me quite el bloque de restricción y puedan llegar las familias. Pero no tengo dinero para hacerlo, y ojalá el Instituto Aguascalentense de Personas Migrantes (IAPEMI) me pueda ayudar con recursos para remodelar”, dijo Maya.