No es sorpresivo, pero sí muy prematuro, el hecho de que ya desde ahora, a mitad del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, den a conocer las preferencias electorales para sucederlo en el cargo.
Y la que encabeza las listas de popularidad, por llamarlo de alguna manera, es la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, a la que algunas casas encuestadoras la colocan por encima de todos los personajes que figuran actualmente en el escenario político nacional.
Este resultado no es inesperado, pues desde hace tiempo ya se veían las derefencias que ha tenido el mandatario hacia su persona, ya que prácticamente la “placea” por todo el país en todo tipo de eventos, por lo que es obvio que actualmente es la que cuenta con el apoyo incondicional de la 4T.
Los que siguen en las preferencias electorales, además, son políticos que pertenecen al partido del Presidente, a saber, el canciller Marcelo Ebrard, el coordinador del Senado, Ricardo Monreal, y el dirigente nacional de MORENA, Mario Delgado, pero aunque los tres han manifestado su interés en suceder a su jefe, por lo menos a dos de ellos parece no favorecerles la fortuna, por el momento.
Los otros partidos, que se supone repetirán alianzas y concertacesiones, PRI, PAN y PRD, no tienen aún un candidato definido, aunque por lo menos en el PRI ya levantó la mano el dirigente nacional Alejandro Moreno, y por el PAN, parece que quiere sacarse la espinita Ricardo Anaya, pero se encuentra exiliado porque lo están investigando por varios aparentes delitos. Y el PRD, honestamente está desdibujado, pues no se ve a un solo cuadro que pudiera competir contra la avalancha guinda.
De hecho, la alianza tripartita, a la que muchos ven como casi imposible por la diferencia de ideologías y principios partidistas, es necesaria porque solamente en unidad podría enfrentar a MORENA, pero que entienda que con sus graves conflictos internos seguramente no la tendrá fácil en los siguientes comicios, ya que por lo menos en Aguascalientes la misma militancia sacó ya las uñas y dice no estar dispuesta a una nueva imposición de la cúpula, pues sabe que quien se perfile para obtener la precandidatura para la gubernatura del Estado, tiene mucha cosa que le pisen.
Ahora bien, nada está escrito y menos en política, pues son ciclos, como todo en la vida, pero principalmente no perdamos de vista que faltan tres años aún de Gobierno de Andrés Manuel López Obrador y que todo puede suceder.
Pero un punto que no debemos dejar de analizar es que las mujeres vienen arrasando en la política, algo más que merecido, pero no por género, sino porque tienen la capacidad de gobernar una ciudad, un Estado y un país, y parece que el nuestro ya está preparado para tener a una mujer en el más alto puesto de la política al que alguien puede aspirar: la Presidencia de la República.