México, 29 ago (EFE).- El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este jueves que no caerá en «provocaciones» y protegerá los derechos humanos pese a la tensa situación migratoria que se vive en el suroriental estado de Chiapas, donde en la ciudad de Tapachula hay movilizaciones de africanos desde hace una semana.
«En el tema migratorio estamos procurando no violar derechos humanos y desde luego que hay muchas provocaciones, pero tenemos nosotros que evitar caer en provocaciones», dijo el mandatario en la conferencia matutina desde el Palacio Nacional.
Migrantes africanos protagonizan desde hace más de una semana protestas frente a la estación migratoria del Siglo XXI que en algunas ocasiones han acabado con altercados con las fuerzas de seguridad mexicanas.
Los migrantes acusan a las autoridades de tenerlos varados en Chiapas a la espera de una resolución migratoria que les permita viajar por México, y llegar eventualmente a su frontera norte, con mayor facilidad.
Aunque el presidente, del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), no hizo referencia clara a este suceso en sí mismo, aconsejó a los migrantes, especialmente a los centroamericanos, no dejares «manipular» ni «engañar» por traficantes de personas.
«Hay toda una red que se dedica a esto y se conocen como polleros que hace su agosto y cobran cantidades considerable por trasladar a migrantes y son los que organizan estas caravanas», apuntó.
Dijo que lo que está sucediendo «últimamente» en Tapachula tiene como propósito «obligar» a las autoridades mexicanas a dar certificados para que los migrantes sean admitidos en Estados Unidos.
«Esto no lo podemos hacer, no nos corresponde. Entonces estas protestas no van a tener ningún resultado», apuntó.
Agregó que, sin violar los derechos humanos, se está cuidando que en el país no haya «anarquía, desorden, y no vamos a ceder».
Finalmente, recordó que se está apoyando tanto a Chiapas como a Centroamérica con programas, como el de reforestación de bosques, que han de servir para crear empleo y lograr que la gente no emigre.
La migración aumentó en México desde octubre de 2018, cuando caravanas con miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos, comenzaron a ingresar al país para llegar a Estados Unidos.
A inicios de junio, Estados Unidos y México llegaron a un acuerdo migratorio que evitó que el primer país impusiera aranceles a todos los productos provenientes del segundo.
A raíz de ello, México envió a las fronteras norte y sur a la Guardia Nacional -un nuevo cuerpo de seguridad impulsado por el Ejecutivo- y se contrató a más personal migratorio.
A inicios de agosto, el Gobierno de Estados Unidos informó que las detenciones de indocumentados en la frontera con México cayeron cerca del 45 % tras dicho acuerdo.