Diego Iván Montoya Oropeza vivió con gran emoción un momento muy especial, en el cual fue invitado a la Mesa del Señor por vez primera, convirtiéndose en comulgante.
El evento sacramental donde el heredero de Gerardo Montoya y Edna Oropeza a anidó en su corazón el Cuerpo y la Sangre de Cristo, se desarrolló en la parroquia de Nuestra Señora de la Soledad.
Amigos y familiares les acompañaron desde temprana hora, participando con fe de la ceremonia y posteriormente de la parte festiva, en la cual el nuevo comulgante fue muy felicitado, recibiendo a sus invitados en el salón Fiesta Universidad, donde compartieron el pan y la sal en un ambiente de gran cordialidad.