CIUDAD DE MÉXICO, noviembre 6 (EL UNIVERSAL).-
El rey Carlos III está próximo a cumplir 75 años y con ese motivo, envió invitaciones para la celebración, que tendrá lugar el próximo martes 14 de noviembre, en su residencia oficial de Clarence, en Londres. Sin embargo, al evento no asistirá su hijo, el príncipe Harry, ni su esposa Meghan, de acuerdo con fuentes cercanas a la realeza, citadas por el diario «The Sun».
El príncipe Guillermo, heredero a la corona, y su esposa Kate, sí estarán presentes en el cumpleaños de Carlos III. Pero con los duques de Sussex, la situación es distinta y el distanciamiento de la pareja, quien radica en California, con la familia real, es cada vez mayor.
«La brecha entre ellos sigue siendo demasiado grande», dijeron las fuentes al «Sun».
Harry asistió, en mayo pasado, a la coronación de su padre. Sin embargo, dado que no tiene funciones reales, fue apartado del resto de la familia. Su esposa Meghan no asistió y de acuerdo con medios locales, Harry habría dicho a sus amigos que estaba «harto» de esa situación. Terminando la ceremonia, regresó a California, sin quedarse a la celebración.
No es tampoco la primera vez que Harry ignora al rey. En septiembre pasado, ni él ni su esposa aceptaron la oferta de reunirse con Carlos III en el Palacio de Balmoral (Escocia) en el primer aniversario de la muerte Isabel II, abuela de Harry. El desaire se produjo a pesar de que esa misma semana Harry se encontraba en Londres para un acto benéfico. El duque de Sussex alegó «falta de tiempo».
Una fuente cercana al rey Carlos III aseguró al diario «Sunday Times» que el monarca sufre por la lejanía de su hijo. «Cuando llega el final de cualquier día de trabajo, mi amigo piensa en su familia. Siempre sentirá una punzada en el corazón por un problema que aún no ha podido resolver», dijo la fuente al medio.
En enero se cumplen cuatro años de que Meghan y Harry decidieron alejarse de la familia real, en lo que se conoce popularmente como Megxit. Desde entonces, las polémicas no han parado: de la entrevista de los duques donde se sugirió que el racismo tuvo que ver en la decisión de irse a vivir a California, hasta la autobiografía de Harry, donde este lamenta la forma, principalmente, en que fue tratada su esposa por parte de la familia real.