Oaxaca (México), 5 ago (EFE).- El Congreso del sureño estado de Oaxaca aprobó este miércoles prohibir la venta de comida chatarra y refrescos a menores de edad, en un nuevo episodio de la lucha de México contra la industria de alimentos procesados.
Con 31 votos a favor, los diputados locales reformaron el artículo 20 de la Ley de Derechos de Niñas y Niños y Adolescentes, lo que convierte a Oaxaca en la primera entidad con esta normativa en México, el segundo país con mayor índice de sobrepeso y obesidad del mundo.
La legisladora Magaly López, del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que gobierna a nivel nacional, justificó su iniciativa con la protección de la salud del estado, que en 2018 ocupó el primer lugar en obesidad infantil, al tiempo que reporta la desnutrición como novena causa de muerte.
«Hoy Oaxaca sienta un precedente y pedimos a los demás congresos del país que sumen por el bien de nuestras niñas, de nuestros niños», aseveró.
CONFLICTO POR PANDEMIA
La pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 ha agudizado el escrutinio sobre la industria de alimentos procesados en México, donde cerca de dos de cada cinco de los casi 49.000 muertos por COVID-19 tenían hipertensión, más de un tercio diabetes, y casi una cuarta parte obesidad.
Además, especialistas de la Alianza por la Salud Alimentaria afirman que el consumo de bebidas azucaradas propicia más de 40.000 muertes al año.
«Existe evidencia científica que demuestra una relación clara entre estas bebidas azucaradas y alimentos chatarra con como enfermedades como hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares y con esta medida vamos a disminuir que estas enfermedades sigan creciendo», afirmó la diputada López.
La legisladora explicó que sólo los adultos podrán adquirir estos alimentos, por lo que responsabilizó a los padres de familia de su salud.
También hizo eco de los argumentos del encargado de la gestión de la pandemia a nivel federal, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien llamó a los refrescos «veneno embotellado».
«Las tiendas seguirán vendiendo sus productos y va a quedar bajo la responsabilidad estricta de los padres si quieren que sus hijos consuman este veneno», indicó la lesgisladora.
Aseveró que estará exenta la comida típica del estado, famosa a nivel internacional.
«No se prohibirá el chocolate oaxaqueño, ni las tlayudas, no cerrarán las tiendas de abarrotes, ni se perseguirá judicialmente al tendero de la esquina», expresó.
GOLPE ECONÓMICO
Sin embargo, otros legisladores y empresarios cuestionaron la aprobación de esta ley durante la crisis económica.
«En un momento trágico que hoy estamos viviendo, como país y como estado, consecuencia del COVID-19 es un gran golpe para las oaxaqueñas y los oaxaqueños empresarios en plena crisis económica», opinó la diputada Yarith Tannos, del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Un grupo de doce empresarios oaxaqueños afiliados a la Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) aseveró que la medida daña sus ingresos, golpeará la economía familiar y no resuelve el problema.
«Comer sano cuesta, ahorita aunque queramos, con los ingresos que tenemos no podemos. Necesitamos mesas de trabajo para que al menos la medida se aplique después de la pandemia o con algunas variantes que no afecten al sector», sostuvo Jesús González Soto, secretario de la ANPEC.