En principio el asunto no parece sino una réplica de otras acciones similares, en que desde la CROM y también la nueva central obrera CATEM, vinculada a MORENA, han intentado explotar algunas coyunturas para arrebatarle a la FTA la titularidad del contrato colectivo con el grueso de las plantas del sector automotriz, siempre fallidas porque el grueso de la plantilla sindicalizada se sabe protegida por su representación.
Por lo demás estas coyunturas se han multiplicado en meses recientes, primero por la crisis global de las empresas del ramo y se han complicado por el parón económico al que obligó la pandemia, pues el cierre parcial de la economía mundial primero rompió las cadenas de suministros y también incidió negativamente en la demanda de bienes no perecederos, en primerísimo lugar la de automóviles y otros vehículos de motor.
En este contexto nuestras plantas automotrices han salido medianamente mejor libradas, recordando que para el caso de Nissan las circunstancias la han llevado a cerrar una de sus plantas en Barcelona y otra en Indonesia, al verse urgida a un recorte de operaciones y personal, que aquí se limitó gracias a la intervención de la FTA, que negoció reducir en cien los trescientos despidos anunciados.
Los manifestantes de ayer, un puñado como se ve en las imágenes, cuya intención era evitar el acceso de trabajadores a la planta Nissan 1, reclamaban según ellos el fin de los despidos ‘injustificados’ y lo magro de las utilidades que recibieron los empleados de la planta, que por lo demás se cuentan entre los afortunados que sí pudieron cobrar ese reparto, pues en el país cientos y hasta miles de empresas nada tuvieron para repartir, porque nada ganaron, una circunstancia que por muchas razones ha sido agravada por la torpe y errática manera de conducir la economía o de negarse a apoyar a las empresas en la actual circunstancia, del partido al que de muchas maneras se les vincula.
Y decíamos que en principio el asunto parecía otro episodio más de las fallidas intentonas del hoy preso Jesús Enrique Ramírez y de Verenisse Ruiz, la personera en la Entidad de Pedro Haces Barba y su CATEM, salvo que ayer se reportó la presencia de algunos personajes llegados de la capital, que en su vida han tenido que ver con la empresa de capital japonés, incluido José Reynol Neyra, el ex-alcalde ex-priísta de Huixquilucan, Edomex, convertido hace años a la causa de la llamada 4T y testaferro de Haces, cuya presencia aquí parece inexplicable.
Inexplicable a menos que la acción de ayer, como dicen que pasó en Jalisco, sea una respuesta, allá la oposición sistemática de Enrique Alfaro a AMLO y aquí a las declaraciones, las fuertes declaraciones, del mandatario estatal, que en su calidad de líder transitorio del GOAN fue el portavoz de los muchos reclamos de los gobernadores panistas al presidente y al Pacto Fiscal, a manera de demostración de que a un enfrentamiento con el mandatario la respuesta serán estas acciones, que buscan y necesitan una respuesta policial o alguna forma de violencia para generar inquietud y agitar las aguas a favor de la causa de los agitadores.
Perdidas tantas cosas aquí en los meses recientes, muchas por causa de la política centralista anteayer denunciada y mezquindad con que se establece la relación entre la Federación y los Estados, no permitamos que nos arrebaten la paz de que todavía gozamos.