Por Erick Cortés.- Esta pregunta puede hacer sonreír a algunos y conmover a otros. Pero también nos hace recordar que cuando éramos niños teníamos intacta una maravillosa capacidad: la de soñar.
Astronauta, bombero, doctor, detective, científico, piloto aviador, presidente de México, biólogo marino o futbolista… todos decíamos una respuesta inmediata cada vez que nos preguntaban qué queríamos ser de grandes.
Algunos afortunados sí logramos convertirnos en lo que soñamos desde nuestra infancia, pero son muchas las razones por las que otros podríamos haber dejado de soñar con aquel adulto ideal.
Quizás, con la madurez, los intereses de muchos de nosotros cambiaron, o en otros casos, el sueño simplemente estuvo fuera de nuestro alcance, no por la falta de capacidad, sino de oportunidades, o por las circunstancias adversas de la vida.
Si, como adultos, hoy hacemos la misma pregunta a un niño, la respuesta que obtendremos revelará una de las cosas más importantes que hay en su interior: sus sueños.
En cada uno de nuestros infantes existe un potencial que estallará en algunos años, y nuestra tarea como adultos no sólo es identificarlo, sino preparar el terreno para que la semilla brote de la mejor manera.
Hoy se cumplen 100 años desde que se celebró por primera vez el Día Del Niño en México.
Por decreto del presidente José Vasconcelos, este día se conmemora con el objetivo de fomentar sus derechos y reconocer la importancia que tiene una infancia feliz para el desarrollo de cualquier persona.
Sabiendo esto, quienes tienen hijos, sobrinos, nietos, hermanos o alumnos, hoy pueden adoptar uno de los propósitos de Vasconcelos: ‘hacer de cada escuela [y hogar] un palacio con alma, para que los niños vivan en palacios las mejores horas de su vida y guarden recuerdos luminosos’.
A todos ellos, quienes formamos parte de la familia de Hidrocálido, les deseamos que tengan una feliz infancia y un muy FELIZ DÍA DEL NIÑO.