CIUDAD DE MÉXICO (EL UNIVERSAL).- El día que cremaron a Mariana Levy, su mamá Talina Fernández esperó las cenizas de su «bebé» en casa. Estaba desecha. Durante el velorio gritó en varias ocasiones, para después guardar silencio y quedarse mirando algún punto de su hogar.
Era el 30 de abril de 2005. Un día antes Mariana había fallecido de un infarto tras un intento de asalto en las Lomas de Chapultepec.
«Me voy a desmayar», dijo la actriz poco antes de morir.
La noticia de su fallecimiento se esparció tan pronto se dio a conocer en la emisión «Nuestra casa», donde participó.
Mariana era, en ese momento, uno de los rostros más reconocidos en la televisión mexicana y, también, uno de los más queridos por el público.
En los albores de los 80’s formó parte de un proyecto de Televisa de ir lanzando jóvenes talentos en un grupo que se llamaría «Fresas con Crema».
Para preparar su salida, la empresa decidió que sus integrantes, entre ellos Mariana y Toño Mauri, comenzaran a tener breves apariciones en telenovelas o unitarios, para tener cierta presencia entre el público.
Ella, de entonces 17 años, tuvo su debut actoral en la telenovela «Vivir enamorada» protagonizada por Leticia Perdigón y Alma Muriel, y año siguiente, formó parte del videoclip de la canción «Pobre secretaria» de Daniela Romo.
En 1983 el grupo se presentó en el Palacio de los Deportes y permanecieron vigentes por casi toda la década con temas como «Una chica azul» y «Cómo no enamorarme de ti».
En 1987, ante el ofrecimiento de varias telenovelas, Mariana dejó al grupo llegando en 1991 a su primer protagónico con «La pícara soñadora», interpretando a una chica que estudia derecho, pero no tiene dinero, por lo que debe trabajar como vendedora de juguetes, sustrayendo ropa de la misma tienda, pero apuntándole en una libreta para pagarla cuando contara con dinero.
Junto con Eduardo Palomo, su coprotagonista, se convirtieron en la pareja del momento.
Un rostro conocido en la tv
Un sexenio después, en 1997, encabezó el reparto de la producción peruana «Leonela, muriendo de amor», luego de tener una foja actoral en que se veía títulos como la histórica «El vuelo del águila», interpretando a la esposa de Porfirio Díaz; «Rosa Salvaje», al lado de Verónica Castro y la épica Martin Garatuza.
«Amor real» y «Mujer, casos de la vida real», fueron sus últimas apariciones como actriz, para luego incursionar de lleno en la conducción.
Por ello, el día de su cremación, la gente salía a despedir el cortejo hacia el panteón Español. Cerca de 500 personas la habían velado por la madrugada.
«Estamos hechos a la idea de que la gente mayor es la primera que se va a ir, o la gente enferma, cuando hay muerte de una persona tan joven, sana, es muy impactante», había dicho Mariana en una entrevista.
Cuando murió acababa de cumplir 39 años y tenía tres hijos: María, de entonces nueve años; Paula, de tres y José Emilio, de nueve meses.