Aguascalientes.- Mucho cuidado al consumir alimentos en la calle expuestos al aire libre; pues el fecalismo se agrava en la época de calor, cuando los desechos pierden humedad y se pulverizan, se esparcen por el aire y llevan microorganismos y agentes contaminantes que se depositan en los alimentos.
Según el Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (SINAVE), de la Secretaría de Salud, la comida contaminada es causante de enfermedades de transmisión alimentaria (ETA).
Por su parte la Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que los alimentos transmiten más de 200 enfermedades, cuya incidencia es mayor en poblaciones con estado de salud frágil como bebés, mujeres embarazadas, enfermos y ancianos.
El verano es una de las épocas del año con más enfermos por la ingesta de alimentos contaminados en la vía pública. Las amibas y lombrices son los principales problemas.
De acuerdo al Programa Universitario de Alimentos de la UNAM, se estima que las malas prácticas en la elaboración de los alimentos afectan a una de cada 10 personas al transmitir bacterias, parásitos, virus, toxinas y productos químicos.
Ante este panorama, las buenas prácticas en el manejo de los alimentos, tanto en casa como en la calle, son fundamentales para asegurar su inocuidad, y la OMS recomienda lavarse las manos, asear las superficies y equipos con agua corriente.
Usar una cubeta con agua para sumergir los trastes o los ingredientes sólo concentra la carga microbiana, la limpieza requiere agua limpia y corriente; el tallado de utensilios y superficies debe ser con agua, jabón y estropajo o cepillo.
Otro consejo es procurar la cocción adecuada, que elimina casi todos los microorganismos; se deben alcanzar los 70°C (158°F) de temperatura y cuidar que los jugos de las carnes rojas y pollos sean claros y no rosados. El recalentamiento correcto elimina microorganismos que pudieran desarrollarse durante la conservación.
También es importante mantener la comida a temperaturas seguras, no se deben dejar los alimentos cocidos a temperatura ambiente por más de dos horas. En caso de refrigerarlos, debe ser a menos de 5°C o mantenerlos calientes por encima de los 60°C.
Tener los alimentos tapados mientras se enfrían evitará contaminación, la cual sucede por vías aéreas y la gravedad, que provoca que las bacterias se depositen en las superficies.
También se recomienda usar agua y materias primas seguras, así como limpiar tinacos y cisternas al menos dos veces al año.