Esta mañana, a las 07:00 horas, comenzará el nuevo ciclo escolar, que de manera más bien extraña continuará la experiencia con que ya se cerró, inesperadamente, el anterior, pues la pandemia obligó a las autoridades a cerrar las aulas en todo el país desde marzo pasado y así continuarán las cosas previsiblemente hasta que tengamos una vacuna que nos asegure inmunidad colectiva, sin lo cual las lecciones remotas se prolongarán hasta el 9 de julio del año entrante.
Por obra del acuerdo previo de las autoridades y las televisoras nacionales, desde esta mañana y durante todo el día se transmitirán por televisión abierta los contenidos desde nivel preescolar desde la hora señalada y hasta las once de la noche, con repeticiones, para tratar de ayudar sobre todo a las madres trabajadoras, aunque lo cierto es que el formato de esta nueva manera de ofrecer la educación es experimental y se hará imposible evaluar el aprovechamiento de las lecciones, siempre con el temor de que hablemos de un retroceso en el nivel educativo de nuestros menores escolares, que ya era precario tras la decisión de desmontar la reforma educativa.
Entre los más afectados en ésta que podemos llamar crisis educativa están los colegios privados, una vez que muchos apenas han logrado matricular a decenas de alumnos pues muchos padres de familia consideran oneroso pagar por lecciones que no se distinguirán de los que ofrece la escuela pública, con la salvedad de instituciones con recursos para tener sus propias aulas virtuales y dirigidas a alumnos cuyas familias tengan alto poder adquisitivo y les permita adquirir la tecnología necesaria para que sus hijos puedan aprovechar esa forma de educación, como ya pasa en algunas instituciones superiores privadas que llevan años desarrollando canales virtuales para sus alumnos.
Otro de los temores que se manifiestan ante esta nueva realidad educativa es la deserción escolar y sólo aquí se habla de unos 6 mil estudiantes que, desmotivados ante la nueva experiencia de tomar clases en casa y por medio de dispositivos electrónicos, ya de plano no se sumarán a los que hoy regresan a las tareas educativas.
Aquí para Aguascalientes se habla del regreso a clases de alrededor de 4 mil 200 escolares, desde pequeños del jardín de infancia hasta estudiantes de secundaria, con la posibilidad de que en algunos bachilleratos se abran los salones para clases presenciales, lo que de cualquier manera representa un riesgo, igual que pasará con aquellas universidades o instituciones de educación superior que decidieron, con el aval del IEA, abrir las aulas, una determinación que ya veremos si no hace que se eleven las cifras de nuevos contagios.
Hay que contar también con un buen número de universitarios que están aquí desde marzo, luego de que cerraron las universidades en otros rumbos donde cursan sus licenciaturas, tales los casos de Monterrey, Guadalajara y la CDMX, y que tendrán que apañárselas para iniciar sus semestres también de forma remota, a la espera de que las condiciones sean adecuadas para poder trasladarse a allá donde sea que estudien, pues hay contenidos y lecciones que no se pueden transmitir a distancia y les son indispensables, aunque no se tenga ni siquiera un estimado sobre la fecha en que puedan recibir la orden de trasladarse al lugar donde están matriculados.