Ayer, el gobernador de Jalisco dio un anuncio que conmocionó a todo el país: reabrirán las escuelas.
Es una decisión inédita tomando en cuenta la pandemia que, al igual que en todo el mundo, atraviesa nuestra nación, cuyo sistema escolar, previendo una avalancha de contagios, cerró todas las escuelas a nivel nacional al iniciarse apenas la oleada del Covid.
Y lo hizo la Secretaría de Educación Pública curándose en salud, pues a pesar de lo poco que se conoce de este problema sanitario, se sabe que los niños, seguramente por su resistente sistema inmunológico, son menos propensos no a enfermarse, sino a tener consecuencias graves por el coronavirus, y que podrían ser factor de riesgo de contagio para adultos, sobre todo a los de mayor edad.
Esta decisión no fue tomada a la ligera, aseguró el gobernador Enrique Alfaro, quien dice que es una decisión bien pensada, meditada y analizada no sólo desde la esfera política, sino que se tomó en conjunto con autoridades de Salud, y pensando en el bienestar de la comunidad infantil.
El argumento de mayor peso es que se tiene que cuidar la salud emocional de los estudiantes, pues llevan meses enclaustrados y que de un momento a otro les fue arrancada la estabilidad anímica que supone tener una rutina bien establecida entre escuela y hogar, con deberes que les faciliten la educación y que evidentemente no se está logrando con las clases a distancia, obligada en estos meses.
El regreso, que se propone para el 25 de enero, tendrá un operativo de salud que incluye, prioritariamente a los maestros, las instalaciones escolares y evidentemente los filtros sanitarios para los alumnos, que valga decir, no serán obligados a acudir a las aulas y la decisión recaerá en los padres de familia.
Y este retorno supondría un antecedente para todo el país, y no suena tan descabellado, porque no es posible que todos los centros educativos tengan puertas cerradas y las calles estén llenas de niños, obvio, no por decisión propia, sino de sus padres, y son los primeros en estar presentes en reuniones, fiestas, centros comerciales, lo cual no tiene lógica.
Horas más tarde a este anuncio, el gobernador Quirino Díaz también abrió la puerta a la posibilidad de regresar a las clases presenciales también en enero del próximo año, si su Estado sigue teniendo bajo control la pandemia.
Se asume que para esas fechas de inicio de clases en Jalisco y Sinaloa ya esté disponible la vacuna que todo el mundo espera, lo que supondrá un antes y un después.