La ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de París, además de celebrar al deporte, también brindó un espacio para el arte, en donde no solo la danza y la música se hicieron presentes, sino también la pintura.
Al presentar una versión drag queen de La Última Cena de Leonardo Da Vinci, en donde diversas personas de la comunidad LGBT+ se vistieron de manera extravagante e intentaron recrear las poses de la pintura original, muchas personas cristianas se han pronunciado al respecto, criticando este evento y llamándolo «irrespetuoso».
Ante estos actos, el obispado francés se pronunció al respecto, calificándolos como «burla del cristianismo».
Así lo expresaron a través de un comunicado publicado en sus redes sociales: «La ceremonia de apertura propuesta anoche por el COJOP ofreció al mundo entero maravillosos momentos de belleza, alegría, ricos de emociones y universalmente saludados. Lamentablemente, esta ceremonia incluyó escenas de escarnio y burla del cristianismo, que deploramos profundamente.»
Aunado a esto, la Conferencia Episcopal Española secundó al mensaje francés, citando un fragmento del comunicado en el que los Juegos Olímpicos van más allá de las ideologías. «Pensamos en todos los cristianos de todos los continentes que se han visto heridos por el exceso y la provocación de determinadas escenas. Esperamos que comprendan que la celebración olímpica va mucho más allá de los prejuicios ideológicos de algunos artistas».
Altos mandos cristianos como el Papa Francisco o el Vaticano no se han pronunciado al respecto, pero se espera que tengan una postura al margen, ya que, en redes sociales, el Máximo Pontífice ha mostrado su apoyo a los juegos además de alentar el espíritu olímpico.