Las remesas ya están mostrando un crecimiento menor al que tuvieron el año pasado cuando alcanzaron tasas de doble dígito pese a la alta inflación.
Además, cada vez tienen rostro de mujer migrante en el cual siguen prevaleciendo los nombres de María y José como principales remitentes y receptores, afirmó el Centro de Estudios Monetarios Latinoamericanos (CEMLA).
«Ya se están desacelerando las remesas en México, Centroamérica y el Caribe», afirmó el gerente de Estadísticas Económicas y coordinador del Foro de Remesas del CEMLA, Jesús Cervantes.
Durante la presentación del estudio «La emigración mexicana femenina, el ingreso por remesas y la inclusión financiera», elaborado por el centro de funge como asociación de los bancos centrales Latinoamericanos con la base de datos de Banorte, hizo ver que, en general se están desacelerando en todos los países que se benefician de dichos flujos.
Lo que se observó en los últimos años con el «boom» de los envíos, ponderó, no eran tasas sostenibles. «Tasas de dos dígitos es muy difícil que una variable económica la mantenga, cualquier variable real que crezca a una tasa doble dígito es temporal», advirtió.
Por inflación, familias requieren más dinero de remesas
Por el efecto de la inflación y el peso fuerte, disminuyó el poder de compra de los que reciben dichos recursos, enfatizó Cervantes. Expuso que mientras que en 2021 las remesas en dólares crecieron 25.9%, en pesos fue de 11.9%; al año siguiente en el equivalente al billete verde aumentaron 12% y en moneda nacional sólo 3%.
Al cierre del 2023 estos flujos tuvieron una variación de 3.8% en divisa norteamericana, pero una caída de 11.3% traducida en pesos. Según información más reciente del primer trimestre del 2024, las remesas valor en dólares registraron un mínimo ascenso de 1%, y una pérdida de 12% en pesos constantes.
«El país se beneficia de los dólares, pero los hogares receptores necesitan recibir más pesos para compensar la inflación y la apreciación del tipo de cambio», consideró.
Como ejemplo, puso de relieve que, en diciembre del 2020, un hogar que recibía 500 dólares en remesas del exterior, ahora en abril del 2024 requiere 730 dólares para poder comprar lo mismo de hace cuatro años.
Jesús Cervantes sostuvo que es imposible que haya filtración del lavado de dinero en estos flujos de dinero que llegan a los hogares más pobres porque las remesas son las más «vigiladas que cualquier otra transacción financiera».
Existen muchos controles internos antilavado y unidades de cumplimiento para evitar que sean utilizadas para otros fines; por eso hay una estricta supervisión.
Al respecto, el representante de Banorte, Ricardo Velázquez Rodríguez, enfatizó que aplican todo el protocolo normativo antilavado y trabajan de la mano con los reguladores.
Remesas: mujeres quienes más envían dinero
De acuerdo con el estudio, con datos del 2021-2022, de las remesas remitidas desde Estados Unidos, el 32.9% fueron enviadas por mujeres, lo que representó el 28.6% del valor total en pesos y dólares de dichas transferencias.
También se destaca que las personas del género femenino tienen una ligera mayor participación en el envío para depósito en cuenta respecto de las que se pagan en efectivo.
Son las principales beneficiarias de las remesas tanto en número como en su valor, según la muestra generada por Banorte de operaciones electrónicas.
En cuanto el monto promedio, mientras que ellas envían a sus familiares y seres queridos un monto promedio de 515 dólares, los hombres mandan más con 631 dólares. De los nombres más comunes tanto de remitentes como receptores de remesas, siguen prevaleciendo los mismos del estudio anterior.
María es el nombre más usual con el 11.13% de los registros seguido de Ana, Rosa, Guadalupe, Martha y Juana. José y Juan con 5.41% y después Luis, Jesús y Jorge, Miguel Carlos y Pedro, con la diferencia que recientemente apareció el de Leo.