TINUM, Yuc. (EL UNIVERSAL).- El Cabildo de este municipio del oriente de Yucatán aprobó el cambio de denominación de la localidad de Pisté a «Pisté de Chichén Itzá», para que este lugar goce de los beneficios y la derrama que genera por el turismo de la zona arqueológica.
La zona maya con su pirámide principal es considerada una de las Maravillas del Mundo Moderno. El cambio de denominación fue publicado en el Diario Oficial del Gobierno del Estado por medio del acuerdo por el cual se aprueban las reformas al Bando de Policía y Buen Gobierno del Municipio de Tinum, en las que se establece el nuevo nombre para la localidad de Pisté.
Por lo anterior, se deberá dar vista al Congreso del Estado, al Instituto Nacional Electoral (INE) y al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), a la Secretaría de Turismo del Gobierno del Estado de Yucatán y a la Secretaría de Turismo del Gobierno Federal, para que se hagan los ajustes necesarios con este nuevo nombre.
La publicación detalla que «Pisté de Chichén Itzá» es el nombre que se eligió con el objetivo de generar una identidad de marca para el reconocimiento turístico de la localidad. También señala que se trata del inicio de una estrategia que debe ser más amplia pues «la identidad se debe fortalecer con la presencia y el nivel de desarrollo de infraestructuras y servicios turísticos, culturales, ambientales, públicos, privados y sociales que faciliten la inclusión y la vinculación física, perceptual y comercial de quienes viajan, invierten, operan y promueven el turismo».
«Es importante señalar que el cambio de denominación no es suficiente, si esto no viene acompañado de una estrategia de ordenamiento turístico territorial en el municipio de Tinum«, se aseguró en la publicación del Diario Oficial del Estado.
El acuerdo destaca que la Zona Arqueológica de Chichén Itzá es la segunda más visitada de México, con más de 2 millones de visitantes al año, pero la dependencia de Pisté de la actividad turística desarrollada en Chichén Itzá ha colocado al municipio en una situación de vulnerabilidad ante una actividad que tiene muchos altibajos, como se pudo observar como parte de las consecuencias de la pandemia del Covid-19.