Según los informes iniciales y reportes de medios árabes, se escucharon explosiones en Isfahán, en el centro de Irán, en la gobernación de As-Suwayda, en el sur de Siria, y en el área de Bagdad y en la gobernación de Babilonia, en Irak, la madrugada del viernes.
Israel «se reserva el derecho a protegerse», reafirmó el primer ministro Benjamin Netanyahu, el miércoles cuyo gobierno consideró responder rápidamente contra Irán por su ataque del fin de semana.
Israel manifestó ya varias veces su determinación de responder al ataque del sábado, pese a que la casi totalidad de los 350 drones y misiles lanzados por la República Islámica fueron interceptados, con ayuda de Estados Unidos y otros países.
Teherán llevó a cabo ese ataque en represalia por el bombardeo de su consulado en Damasco, atribuido a Israel, en el que murieron siete miembros de los Guardianes de la Revolución.
Tras el ataque iraní se han multiplicado las amenazas cruzadas, en un contexto regional tenso desde el inicio en octubre de la guerra de Gaza entre Israel y el movimiento islamista palestino Hamas, apoyado por Irán.
Medios israelíes y estadounidense publicaron que el gobierno de Netanyahu consideró lanzar rápidamente bombardeos contra Irán, pero finalmente revisó los planes.