Entre que las autoridades de Gobierno difieren de todos los sectores de la población sobre la realización de eventos masivos, se llegó lo que tanto se temía aunque ya se veía venir: la tercera ola impulsada por la peligrosa y muy contagiosa variante Delta que obliga al Gobierno federal a regresar a Aguascalientes al semáforo amarillo.
Poco nos duró el gusto de estar en el semáforo verde epidemiológico, pues la verdad es que la ciudadanía se relajó de más, bajó la guardia, y ahí tenemos las consecuencias.
Ahora, con este cambio de semáforo se reactiva la guardia sanitaria con el plus de que viene con dientes afilados y advierte que clausurará negocios y, además, los multarán, en el caso de incumplimiento de aforos y medidas de seguridad sanitarias.
Pero entonces, ¿qué va a pasar con los eventos masivos que anuncia a diestra y siniestra el gobernador del Estado? ¿Serán clausurados? ¿Serán multados? Eso lo tendremos que ver.
La verdad hasta miedo da escuchar al mandatario, pues evidentemente él tiene otros datos y asegura que es un “engaño” que los nosocomios estén saturados por la atención a pacientes Covid, pero lo cierto es que por lo pronto el Hospital 1 del IMSS y el Hospital Hidalgo, que son los que tienen las cargas más fuertes de pacientes graves, reforzaron y reconvirtieron áreas para aumentar su capacidad de atención.
Pero mientras eso pasa, surgen las voces que alertan cuidado, no estamos para eventos masivos, pues poco a poco se llenan los hospitales, esperemos que no se acabe el oxígeno como ya ocurre en otras Entidades del país.
Un tema que preocupa es que las escuelas, que ya estaban preparando el regreso a clases de manera presencial, ahora tienen sus dudas, pues la razón dice que no estamos preparados para volver a sitios concurridos, pero la orden presidencial es que la educación se considerará actividad esencial para que, con cualquier color de semáforo epidemiológico, se reanuden los estudios.
Por lo menos aquí en Aguascalientes, según la Asociación de Padres de Familia, un 75 por ciento de ellos está dispuesto a regresar a clases, pues ya es mucho tiempo de confinamiento para los menores, aunque esto es un decir, pues se ve a gran número de niños en los cines, en los centros comerciales, en las calles, en las fiestas, es decir, en todos lados abundan los menores, y recordemos que es un sector que no está vacunado, por lo que es latente el peligro de infección.
El riesgo está en el aire, literal, y de nosotros depende, no de nuestras autoridades, salir lo mejor librados posible, porque tiempo habrá para la fiesta, pero tal vez no todos tengan la suerte de contagiarse y contarlo.