Una jornada inédita se vivió ayer en Aguascalientes, pues fue la última oportunidad para que se vacunaran los rezagados, lo que superó toda expectativa.
Las filas una vez más eran impresionantes, ya que desde muy temprana hora miles se dieron cita para recibir la vacuna de la farmacéutica Cansino y la cantidad de biológico fue insuficiente para la altísima demanda.
A estas alturas, la mayoría ya conoce de primera mano los beneficios de haber recibido la vacuna que ha venido a salvar vidas, pues si bien el Covid puede entrar a nuestro organismo, comprobado está que de algo sirve la protección biológica, pues bajaron las hospitalizaciones, mas no las muertes, aunque según los médicos un gran porcentaje de los decesos ocurrió en personas que no habían recibido ninguna inmunización.
Aquí el punto no es la cantidad de personas que decidió vacunarse, sino que lo hicieron de último momento, ya que por diversas circunstancias no aprovecharon las tres oportunidades anteriores que hubo de inmunizarse tanto en la capital como en los municipios del interior, por lo que ayer varios cientos no lograron hacerlo, pues simple y sencillamente se acabaron las vacunas.
Muchas personas al ser interrogadas sobre por qué esperar hasta la última oportunidad, mencionaron todos los pretextos: no había tiempo, no sabían, tenían miedo, aunque muchos mencionaron algo en particular: querían una farmacéutica en específico y al final, los que lograron vacunarse, recibieron el biológico Cansino, que por cierto es una de las que se tienen restricciones para viajar a varios países, especialmente Estados Unidos.
No obstante, los rezagados se quedaron con las ganas de recibir un biológico en específico, pues les pusieron lo que había; ahora se espera que las autoridades de Salud se convenzan de los beneficios de inmunizar a los niños, aunque entonces las filas serían más grandes todavía, ya que es la dosis que esperan los padres de familia para brindarles protección a sus hijos.
Por lo pronto, se asegura, fue la última ocasión en que serían convocados los rezagados, quienes ayer, poco después de la una de la tarde, se fueron con la decepción de haber pasado toda la mañana bajo los inclementes rayos del sol y ver sus esperanzas desmoronarse cuando elementos de la Guardia Nacional dijeron lo que todo mundo temía: se acabaron las vacunas.
Basta de dejar todas las cosas para el final, esta costumbre hace que se pierdan oportunidades y ésta, la de salvar la vida, no es poca cosa; ojalá en siguientes ocasiones la sociedad se tome un tiempo para sí misma y por lo menos en este tema, tan delicado, aprovechen la oportunidad, por todos los que ya no pudieron hacerlo y que ya forman parte de las estadísticas de mortalidad por la pandemia.