México, 15 mar (EFE).- La banda mexicana Rock DI, originaria del céntrico estado de Querétaro, demostró con su participación en el festival Vive Latino celebrado este fin de semana en Ciudad de México que la discapacidad intelectual de algunos de sus miembros no es un limitante en el rock.
«Vamos a estar ahí tras un trabajo grande, con muchos ensayos. Al fin y al cabo queremos que vengan a vernos por la música, no porque seamos un grupo con discapacidades», dijo a Efe minutos antes del concierto Otokani, guía de este grupo de nueve músicos.
Otokani es ahora un miembro más de la banda, ya que toca el bajo eléctrico con ellos, pero también es el profesor de estos chicos. Algunos no sabían tocar ningún instrumento antes de integrarse a Rock DI.
Verlos sobre el escenario, nerviosos pero con aplomo, es la clara demostración de la unión que hay entre ellos, alrededor de la figura central del profesor, para que cada tema suene bien.
El sábado compartieron cartel con artistas de la talla de Guns N’ Roses, The Cardigans o The Rasmus y ofrecieron su espectáculo en el espacio «El Parque», una zona cultural del festival orientada a los niños.
Jared, guitarrista de la banda, se mostró muy emocionado ante la oportunidad de tocar en un evento tan importante y aseguró que se prepararon como nunca antes para ofrecer al público un espectáculo diferente de lo habitual.
«Llevamos un trabajo de mes y medio planeando este ‘show’ para que saliera de la mejor manera. Ensayamos para ofrecer un show diferente a lo que hemos estado haciendo, una nueva experiencia para la gente y también para nosotros mismos, para estar a la altura de un festival tan grande», explicó el joven.
Otokani coincidió con él en que la preparación para el concierto en el festival de rock más importante de Latinoamérica fue dura pero mereció la pena porque todo salió bien, mucha gente se acercó a escucharlos y verlos tocar y empatizaron con su proyecto.
«Es algo súper emocionante, creo que es reflejo del trabajo que llevamos haciendo estos años en torno a la educación musical de personas con discapacidad», dijo.
Muchos de los chicos, explicó el profesor, no fueron conscientes de la magnitud del Vive Latino hasta que el sábado por la mañana, antes de su concierto, fueron a recoger las acreditaciones y vieron los escenarios y los espacios ya preparados para que comenzase la jornada.
«Es chistoso pero tal vez alguno de los chicos aún no alcanzaba a dimensionar porque nunca habían ido a un Vive. No saben el proceso hasta llegar aquí… Hay bandas independientes que lo han intentado por años», detalló el profesor.
Otokani también es presidente de la asociación civil «Armonía con Sol», a partir de la cual se formó esta banda hace casi dos años y que ya publicó su primer disco, «Despertar», que incluye tres temas que ellos mismos compusieron entre todos.
Julio, quien toca la batería y el cajón peruano se declaró «feliz» al poder cumplir el sueño de tocar en un festival tan importante.
«Estoy muy emocionado. Me emociona tocar con mis amigos», añadió.
Todas las canciones que tocó Rock DI son compuestas por ellos mismos.
«Despertar», la favorita de Julio, dice «desperté en un lugar muy lejos», lo que refleja todo lo que la música les ha dado a estos chicos de la localidad de San Juan del Río.
«La música nos ha llevado a lugares donde nunca imaginamos poder estar. Pudimos estar en el Vive Latino. En este punto del proyecto las metas cada vez son más grandes y nada se ve inalcanzable. El proyecto lleva trabajo y esfuerzo pero demuestra que se pueden lograr las cosas y ellos como personas con discapacidad pueden expresarse de una manera diferente», terminó Jared.
«Hace mucha falta empezar a voltear a ver a las personas con discapacidad pero también hace falta que las personas con discapacidad intelectual se preparen para poder ofrecer un buen show», añadió el profesor.
El Vive Latino celebra este fin de semana su XXI edición entre polémica, ya que es uno de los pocos eventos multitudinarios que no se ha prohibido ante la pandemia del coronavirus de Wuhan y ante el riesgo de contagio masivo.
Inés Amarelo