Una muy mala Navidad, en términos de violencia, se vivió en todo el mundo, y sólo en nuestro país fueron decenas de muertos los que se
registraron en la Nochebuena. Lamentablemente esto ya no es novedad, porque un día sí y otro también conocemos casos de sangre, afortunadamente no en nuestra Entidad, pero que nos afectan indirectamente en el ánimo. Hay cosas que se pueden evitar, como los accidentes, que por cierto hubo decenas en esta fecha tan especial, donde seguramente estuvieron involucrados el alcohol y/o la velocidad.
Anoche mismo, al cerrar esta edición, se reportó un percance más, donde perdieron la vida otras dos personas. Pero lo que de verdad preocupa es el clima de violencia generalizado en todo el territorio nacional, pues es una exageración 65 asesinatos en una noche, cuando se supone que es ‘noche de paz, noche de amor’, lo que en esta ocasión se malentendió con un espantoso baño de sangre. Y el recuento es para dar escalofríos: del 1 al 24 de diciembre, 1,637 personas han sido asesinadas en el territorio nacional, lo que significa un promedio de 68 diarias En este fin de semana de asueto navideño, de 32 Entidades, en 22 hubo muertos, lo que habla de la gravedad del asunto que parece no hacer mella en las atoridades, para preocupación de la sociedad que no tiene nada qué ver en estas cuestiones. La gente en algunos lugares ni festejó, porque tienen miedo de quedar enmedio del fuego cruzado entre las bandas de delincuentes, algo que se ha visto con más frecuencia en los últimos tiempos, donde sube la cantidad de víctimas inocentes. Entonces, haciendo un somero análisis, uno de los principales compromisos de la Administración federal que prácticamente va de salida, no se pudo cumplir, o ¿no lo quisieron cumplir?
Por todas las vías se le hizo llegar al Presidente las señales de que su política de seguridad, de ‘abrazos no balazos’, es un rotundo fracaso,
no se combate de verdad a los grupos criminales que son amos y señores en buena parte del territorio nacional. Viendo las cosas de esta manera, Aguascalientes es un oasis, donde gracias a las órdenes y políticas de seguridad que las autoridades disponen y sobre todo, se ejecutan, estamos en una pequeña isla de tranquilidad en medio de nubes borrascosas alrededor, léase Estados vecinos.