Por Erick Cortés.- Un avión militar ruso que transportaba a 65 prisioneros de guerra habría sido derribado por Ucrania en Bélgorod, o al menos esa es la acusación de Rusia, quien ha pedido que se celebre una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU ante lo que calificó como un ataque terrorista.
Sin embargo, la versión ucraniana difiere, pues según fuentes del Estado Mayor, sus misiles habrían derribado un avión de carga que transportaba misiles.
Hasta el momento, las autoridades rusas no han presentado pruebas concluyentes sobre la muerte de soldados, y observadores independientes no han tenido acceso al lugar del siniestro. Mientras tanto, autoridades locales en Bélgorod informan que ninguno de los 74 ocupantes, según la versión rusa, ha sobrevivido.
El Ministerio de Defensa ruso sostiene que sus radares detectaron el lanzamiento de dos misiles desde Ucrania, lo que llevó a la destrucción del avión. Sin embargo, el Ministerio de Defensa ucraniano no ha confirmado esta información y solicita más tiempo para recabar datos sobre el suceso.
En un comunicado, el Servicios de Inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano señaló que, de ser cierto el transporte de prisioneros, Rusia no lo habría notificado y habría incumplido el procedimiento de seguridad del espacio aéreo. “Quizá estamos hablando de acciones planificadas y deliberadas de Rusia con el objetivo de desestabilizar la situación en Ucrania y debilitar el apoyo internacional”, agrega el comunicado.
Hasta el momento, la única prueba es un vídeo grabado por un residente del momento en que el avión se precipita al suelo, mostrando también una nube de humo en el cielo que habría dejado el impacto de un misil. Analistas ucranianos especulan sobre la posibilidad de que el avión fuera derribado por las defensas antiaéreas rusas, ya que la zona de Bélgorod tenía activada la alarma de ataque aéreo en ese momento.
La región de Bélgorod ha sufrido frecuentes ataques de Ucrania en los últimos meses, incluyendo una matanza de 25 personas con misiles en zonas residenciales, lo que ha derivado en el recrudecimiento de los bombardeos rusos en las últimas semanas.