México, 27 abr (EFE).- México completa dos meses desde que se registró el primer caso de coronavirus en el país y enfrenta su etapa más crítica con dudas sobre la resiliencia de su sistema sanitario y una economía enferma que podría caer más del 6 %.
Fue el 28 de febrero cuando el Gobierno mexicano reconoció el primer caso de COVID-19: un hombre de 35 años que había viajado a Italia.
Entonces, las autoridades de salud pidieron no entrar en pánico, y el presidente Andrés Manuel López Obrador aseguró a finales de marzo que el país llevaba preparado tres meses para afrontar la pandemia.
«Hay medicamentos, camas. Todo el dinero que se necesite y, lo más importante: hay organización, hay mando, hay gobernabilidad», afirmó.
Hoy, México suma 14.677 casos confirmados y 1.351 decesos, aunque el Gobierno calcula que la cantidad de enfermos -mas no de muertos- podría ser nueve veces mayor con base en el modelo centinela.
POCAS PRUEBAS
Una de las primeras polémicas que afrontaron las autoridades fue la falta de pruebas.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) reconoció la semana pasada que en México hay una «subestimación» de casos positivos.
Y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) expuso este domingo que México era el país del grupo con menos pruebas, solo 0,4 por cada 1.000 habitantes.
En una entrevista a Efe hace unos días, Hugo López-Gatell, subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, dijo que no se han hecho pruebas masivas pues el «formato tradicional» de vigilancia de epidemias, basado en identificar casos clínicos es «sumamente anacrónico» y lleva a «desperdiciar recursos».
Por eso se usa el modelo centinela, basado en hacer tests a unos casos concretos y calcular el potencial alcance de la enfermedad, puntualizó el encargado de combatir la pandemia en el país.
ESCASEZ EN SECTOR SALUD
Personal de salud ha protestado en las calles por no contar material y protocolos para tratar la COVID-19.
«El servicio está en muy malas condiciones y en algunas áreas no funcionan ni las puertas», aseguró a Efe una enfermera del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) apenas dos semanas después del primer caso nacional.
Las primeras manifestaciones ocurrieron en Ciudad de México y se han replicado en más de 200 hospitales de otros estados para exigir material, según datos de la ONG Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI).
FALTA DE CAMAS Y VENTILADORES
México declaró la fase de máximos contagios (fase 3) del coronavirus el 21 de abril.
Será entre el 8 y 10 de mayo cuando la pandemia alcance su punto máximo, estiman las autoridades sanitarias, pero persisten dudas sobre la suficiencia del sistema.
Según el Banco Mundial, México es uno de los países con menos camas hospitalarias, al mismo nivel de Ecuador con 1,5 por cada 1.000 personas, lo que ha despertado sospechas.
En una entrevista a Efe, López-Gatell estimó hasta 8.000 fallecidos por coronavirus y aseguró que, según sus estimaciones, el país requerirá entre 15.000 y 16.000 camas para enfermos graves.
«En este momento prácticamente hemos casi alcanzado esta capacidad en virtud de convenio (con hospitales privados), de la reconversión hospitalaria, y de la incorporación de planes militares de apoyo a población civil», indicó, confiado de su estrategia.
Además, México ha adquirido insumos de países como China, e incluso, pidió a Estados Unidos la venta de 10.000 ventiladores y 10.000 monitores.
En tanto, Gobierno mexicano firmó un convenio con hospitales privados para derivar a pacientes no enfermos de coronavirus del sistema de salud público a unidades médicas privadas.
El convenio, en vigor hasta el 23 de mayo, suma unas 3.115 camas y busca que el sector público se centre en atender la pandemia.
ECONOMÍA ENFERMA
El coronavirus también ha agravado los síntomas de una economía que se contrajo 0,1 % en 2019.
Con un pronóstico de -6,6 %, el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó que México será la tercera economía latinoamericana más afectada este año, solo detrás de Venezuela y Belice.
A esto se suman pronósticos del Gobierno mexicano de hasta -3,9 %, de -6 % del Banco Mundial, entre otros.
«Ya México venía presentando algunos puntos débiles que se acentuaron con el surgimiento de esta pandemia y también con la caída de los precios del petróleo», expuso este lunes a EFE Alejandro Saldaña, economista en jefe del grupo financiero Ve por Más (Bx+).
Esto explica, añadió el analista, la baja reciente en la calificación soberana de México y de Petróleos Mexicanos (Pemex) por Moody’s, Fitch Ratings y Standard & Poor’s.
INDUSTRIA DETENIDA
Por la parálisis del comercio internacional y de las actividades no esenciales, como decretó el Gobierno el 30 de marzo, la actividad industrial caería 8,5 % este año y podrían perderse casi 1 millón de empleos, previó el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
López Obrador prometió este lunes una rápida reactivación económica con la entrada en vigor el 1 de julio del nuevo tratado comercial de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Además, se ha mostrado confiado en que se ha «podido domar» la pandemia, por lo que la crisis será «transitoria».
RESCATE «MODESTO»
Pero otro factor ha sido el plan «modesto» de alcance «limitado» que ha ofrecido el Gobierno, consideró Saldaña.
Al descartar un «rescate general» como en otros países, el presidente ha reiterado su plan de 3 millones de créditos por 25.000 pesos (unos 1.000 dólares) a pequeños negocios, adelantar el pago de sus programas sociales y crear 2 millones de empleos con sus obras de infraestructura emblemáticas.
Esto ha generado tensión con el Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la principal patronal del sector privado, que ha propuesto un acuerdo nacional.
«El enemigo es la terrible pandemia que hoy azota al mundo en todos sus rincones. Y las consecuencias económicas de esta pandemia, que especialmente nos preocupan en el caso mexicano», expresó este lunes Carlos Salazar, presidente del CCE.