Candil de la calle, obscuridad de su casa, es lo que se viene a la mente al ver la reacción del gobernador saliente ante los actos de barbarie que sacuden nuevamente a nuestro Estado.
Tras la doble ejecución en un solo día, lo que es un tema que preocupa a la sociedad de Aguascalientes, el mandatario saliente ofreció su apoyo a entidades vecinas para combatir la delincuencia, cuando es lo que se necesita en nuestro Estado, pues poco a poco esto se va descontrolando.
Ya todo mundo sabe la difícil situación que vive Zacatecas, pues por ejemplo ayer dos municipios se vieron afectados por la delincuencia y la que la llevó, como siempre, fue la población que estaba aterrorizada por una persecución a balazos entre Guadalupe y la capital, y aunque ésta es una escena común, la gente tiene miedo de quedar en medio de un conflicto en el que no tiene vela en el entierro.
Jalisco también tiene sus graves problemas de inseguridad, muchos, y en sus carreteras se han registrado incidentes que han culminado de manera sangrienta; ante semejante escenario nuestras autoridades ofrecen su apoyo, pero no lo hacen por su gente, y si lo hacen, pues no se ve, ya que los índices de criminalidad en el Estado espantan.
Pruebas hay, porque las cifras del Inegi revelan que en este sexenio se han cometido 480 homicidios, más los que se acumulen al cierre de la ya saliente administración, por lo que fácil nos acercaremos a medio millar de crímenes que bañan de sangre a Aguascalientes.
Ejecuciones, asesinatos, feminicidios y demás delitos colocan a la Entidad en una situación comprometida, y si a esto le suma que pasan cosas que no deberían ocurrir si hubiera un mejor control en todas las áreas, no se les hubieran fugado dos reos en cuestión de medio año. Eso retrata algo de lo mal que se está haciendo a nivel local.
Cómo estarán las cosas que hasta el Obispo le pide al Gobierno que ponga orden en casa para que se logre frenar el clima de violencia que preocupa a la sociedad pero que no ocupa a las autoridades, y aunque hace apenas unos días el mandatario pidió la presencia de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano, y vaya que Aguascalientes lo necesita, la realidad es que poco a poco se va perdiendo la otrora tranquilidad que caracterizaba a nuestra Entidad.
Como sociedad no nos queda más que ser espectadores de la pérdida de seguridad, de valores, de tranquilidad, pero afortunadamente la mayoría que habita en nuestro Estado es gente de bien y productiva, que es la esperanza de todos para vivir sin miedo y con tranquilidad. Nos lo merecemos.