Si usted es de los aguascalentenses que nunca se ha contagiado de Covid o que tal vez se infectó pero salió adelante, es un suertudo, ya que hoy por hoy el Estado se mantiene en el top nacional de ocupación de camas de terapia intensiva e intermedia en todos sus hospitales.
Esto quiere decir que se ha vuelto complejo ser admitido en un hospital para ser atendido de las complicaciones del Covid-19, cosa que no ha pasado en la Entidad y esperemos que no suceda, pero es algo que ya habíamos visto el año pasado, donde también los hospitales privados registraban muy alta ocupación.
De hecho, por sus cifras, de entre 72 y 80 por ciento de ocupación, la Entidad desplazó a la Ciudad de México, que vaya que padece de un contagiadero que preocupa.
Se podrán habilitar más camas, incluso otras áreas, como la XIV Zona Militar o las instalaciones del Casino de la Feria, pero eventualmente se llenarán porque no hemos salido de la cuarta ola del Covid, que en esta ocasión se ha visto agravada por la aparición de la variante Ómicron, que es un dolor de cabeza, pues los síntomas se confunden con varias de las enfermedades respiratorias propias de esta época invernal.
Afortunadamente, gracias a las jornadas de vacunación, ahora un gran porcentaje de pacientes no se ha visto en la necesidad de ser hospitalizado, pero una inmensa mayoría sí, por eso los nosocomios están a punto del colapso.
Inquieta sobremanera el que ya haya terminado el decreto sanitario, pues ya todas las actividades regresaron a la normalidad, aunque a estas alturas todavía se traen un jaloneo en el sector educativo, pues el gobernador ya quiere las clases y el sindicato magisterial todavía se resiste; ambas partes tienen razón, pero más que razón se debería pensar en las consecuencias, pues recordemos, una vez más, que los niños no están vacunados y pueden ser causantes de transmisión del virus.
Alegan muchos, entre maestros y padres de familia, que las escuelas son focos de contagio, pero no ven las calles, los centros comerciales, los cines y, de hecho, en todos los giros que por cierto se supone que desde ayer ya no restringen el paso a los menores de edad. La moneda en este sentido está en el aire y pues la advertencia ya está hecha.
Los hospitales poco a poco se llenan, lo que debería ponernos en alerta para no bajar la guardia, pero como comentamos líneas arriba, podrá haber más camas y más espacios reconvertidos para la atención médica, pero también hay que tener en cuenta que el personal de salud también ya está cansado, pues han sido prácticamente dos años de intensa labor en la que también en ese sector ha habido contagios y sensibles bajas.
Por supuesto que no se puede hablar todavía de un escenario catastrófico, pero está en cada uno de nosotros que no lo sea, pues baste con recordar que ni las autoridades de Salud han logrado el control de la pandemia, aunque lo que sí podemos hacer como sociedad es el autocuidado, no hay más.