El freno de la Suprema Corte al pretendido blindaje a megaobras del presidente AMLO sólo fue cumplir con un deber, la sociedad no está para aplaudir ni agradecer, era lo menos que podía hacer para no quedar en evidencia, dijo el licenciado Salvador Farías Higareda, presidente del Colegio de Abogados.
Mencionó que si bien hay que aplaudir a la SCJN, hay que decir que cumplió con lo mínimo del decoro que se debe dar a una resolución, “el darle oportunidad a que por decreto no se informe a la nación, significaría que en todas las áreas de la República, los gobernadores y los presidentes municipales también con facultades similares, hicieran esto. Ya me imagino yo al Gobierno del Estado emitiendo un decreto para el libramiento o para las obras de cualquier tipo, pues que simple y llanamente no va a dar información al respecto. Eso sería más que absurdo”.
“Entonces lo que hizo la Corte fue detener, también para beneficio de ellos, toda clase de posibilidad de que le vayan a estar emitiendo decretos a diestra y siniestra a la República. Digamos que sí hay que aplaudirles, pero también lo hicieron como un precedente para que no suceda en todo el país”, aseguró.
El declarante manifestó que el presidente Andrés Manuel López Obrador está probando qué tanto aguantan los mexicanos: “Yo veo que cada ocurrencia que se le da pone a prueba el sistema jurídico mexicano, entonces, este es uno de los grandes problemas que tenemos. Hay un ‘contorsionismo’ jurídico pero espantoso en México porque, por ejemplo, mientras a los contribuyentes se les trata de acotar cualquier posibilidad de evasión, por el contrario, viene la opacidad del Gobierno en el gasto. Lo que disgusta a la gente en general es que en el ingreso sea muy eficiente, pero en el egreso están absolutamente fuera de la transparencia”, dijo.
En cuanto al “contorsionismo político”, dijo que estamos viviendo una época en la que no sabemos cómo le vamos a encontrar la cara a la persona, “simple y sencillamente, la ley la mueven como quieren”.
Hay que recordar también que esto le pinta la cara terriblemente a la ministra Olga Sánchez Cordero, quien como senadora de Morena decidió no darle cauce a esta inconformidad a través de la mayoría de su partido. “Y como bien dijo Lilly Téllez, me parece acertado el comentario cuando dice que no es posible que una experta jurídica no haya contemplado el que se impugnara en representación del Senado de la República”.
Ese es el sentido, “si bien hay que aplaudir a la Corte, también hay que señalar que lo hizo por una sanidad de que los gobernadores no fueran a aplicar la misma regla y se hubiera visto mal que al Presidente se le perdona todo y a los gobernadores no se les perdona nada”.
Tiene que haber un piso parejo y ellos -la SCJN– se ahorraron mucho de lo que falta del sexenio. El precedente no les convenía porque se hubiera puesto en tela de juicio todo el sexenio a la Corte, entonces, “yo no los tacharía de valientes, ni siquiera en contra del Presidente, más bien a favor de sus intereses para los efectos de que nadie les vaya a estar pidiendo cosas mayores”.
MAD