El número de muertos en la Franja de Gaza por la ofensiva militar israelí ha superado los 30.500, la mayoría de ellos civiles, mientras los supervivientes enfrentan la cada vez más profunda crisis humanitaria sin que Israel y el grupo islamista Hamás puedan llegar a un acuerdo de tregua.
«Al menos 19 civiles murieron en ataques aéreos israelíes que tuvieron como objetivo diferentes zonas de la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, y el campo de refugiados de Nuseirat, en el centro» del enclave palestino, informó la agencia oficial de noticias palestina, Wafa.
Además, «decenas de civiles murieron y decenas más resultaron heridos en un bombardeo israelí contra una casa del barrio Zaytun» de Ciudad de Gaza, donde el Ejército concluyó una incursión de dos semanas en la que mató a un centenar de supuestos milicianos, añadió.
Desde que estalló la guerra el 7 de octubre tras un ataque del grupo islamista Hamás contra Israel que dejó unos 1.200 muertos y 250 secuestrados, la contraofensiva militar israelí ha dejado en la Franja de Gaza al menos 30.534 muertos, 71.920 heridos y unos 7.000 desaparecidos bajo los escombros, la mayoría de ellos civiles, según el Ministerio de Sanidad del enclave.
Entre los muertos hay 13.430 niños -19 de los cuales murieron en los últimos días por desnutrición y deshidratación-, 8.900 mujeres, 364 elementos del personal médico y 48 rescatistas, según la misma fuente.
Y entre los supervivientes, de los cuales dos millones están desplazados, hay 17.000 niños huérfanos de uno o ambos padres, 700.000 contagiados por algún brote epidémico, 60.000 mujeres embarazadas en riesgo por falta de acceso a la atención médica, y 350.000 pacientes crónicos en riesgo de morir por no recibir los medicamentos que necesitan.
La escasez de agua potable en la Franja ha disparado los casos de diarrea y enfermedades cutáneas entre niños y ancianos, denunció este lunes Médicos Sin Frontera desde Rafah, donde se encuentra la mayor parte de la población gazatí desplazada.
La ayuda humanitaria que aporta la comunidad internacional por aire y tierra no ha sido suficiente para evitar la hambruna entre los gazatíes, que además tienen que lidiar con el constante miedo a perder la vida, con el hacinamiento en carpas a la intemperie, el colapso de los hospitales y la falta de medicinas y electricidad.
El presidente de la Asamblea General de la ONU, Dennis Francis, definió la situación en Gaza como «catastrófica, inconcebible, vergonzosa».
Francis intervino en la apertura de una sesión especial de la Asamblea convocada para que Estados Unidos explicara su último veto, el 20 de febrero, en el Consejo de Seguridad -el tercero desde que comenzó la guerra en Gaza- a una resolución que reclamaba un alto el fuego incondicional e inmediato.
Sin acuerdo de tregua
Los mediadores -representantes de Catar, Egipto y Estados Unidos- se encuentran en El Cairo tratando de lograr un acuerdo de tregua antes del mes sagrado musulmán de Ramadán -que inicia el próximo 10 o 11 de marzo- para aliviar las condiciones de los civiles en Gaza y la liberación de los rehenes.
Fuentes cercanas a las conversaciones informaron a EFE en condición de anonimato que la delegación de Hamás se ha negado a anunciar los nombres de los rehenes que siguen con vida en Gaza, como lo exige Israel, que retiró a su representante de la mesa de negociación.
De acuerdo con los informantes, hay un número indeterminado de rehenes retenidos por la Yihad Islámica Palestina (YIP) y otras facciones de Gaza, y Hamás desconoce su paradero.
Así, Egipto habría mandado una invitación a la YIP para acudir a El Cairo para que dé la información y así destrabar las negociaciones.
Según Hamás, 70 de los 130 rehenes que siguen en la Franja murieron «por bombardeos israelíes», aunque Israel solo ha confirmado la muerte de una treintena.
Israel y Hamás pactaron en noviembre una tregua que permitió la liberación de 105 rehenes a cambio de la excarcelación de 240 palestinos presos en cárceles israelíes.
Por otro lado, el Ejército de Israel reveló este lunes grabaciones de audio que supuestamente corresponden a conversaciones telefónicas de dos empleados de la agencia para los Refugiados Palestinos de la ONU (UNRWA) en Gaza, en las que hablan de su participación en el ataque de Hamás del 7 de octubre.
Además, Naciones Unidas presentó un informe que encontró «motivos razonables para creer que se produjo violencia sexual relacionada con el conflicto en varios lugares durante el ataque» de Hamás, y que hay «información clara y convincente» de que algunos rehenes fueron violados y se cree «que esa violencia puede estar en curso contra quienes aún están retenidos».