Por Erick Cortés.- Más de 1,700 migrantes han sido liberados o rescatados de sus captores desde el 2021, según cifras oficiales de la Policía Estatal de Chihuahua.
Además de los múltiples riesgos que conlleva la difícil travesía de miles de centroamericanos que buscan llegar a los Estados Unidos, ahora también tienen que enfrentarse a una creciente ola de secuestros en la frontera norte de México.
“A mí me secuestraron 27 días. Tuve que pagar 4 mil dólares para que me soltaran en Tapachula. Y de ahí he venido caminando, trabajando, durmiendo en el monte, en las terminales, comiendo cada dos días y una sola vez al día. Es duro esto”, cuenta Manuel, un migrante ecuatoriano que fue raptado en la frontera entre Ciudad Juárez y El Paso.
La ola de secuestros se ha agudizado junto con el incremento histórico del flujo migratorio, que ha convertido a los indocumentados en uno de los blancos principales de la delincuencia.
Tan sólo en el último año, la asociación civil Alto al Secuestro reportó 772 casos de privación ilegal de la libertad contra migrantes, lo que representa casi un tercio de todos los secuestros cometidos en el país durante el mismo período.
La coordinadora de dicha organización, Rosa Mani Arias, denuncia que este problema se agrava por la falta de políticas amigables con los migrantes, quienes arriesgan su seguridad al tratar de evadir los operativos del Instituto Nacional de Migración. “Es muy preocupante ver a cientos de personas que están siendo vulneradas, privadas de su libertad. Desafortunadamente, el no permitirles llegar de una manera libre a la frontera está impactando”, dijo.
Esa misma queja expresa Manuel: «¿Por qué el Gobierno mexicano nos hace difícil la pasada? Nosotros estamos de pasada, no estamos quitándole el trabajo a nadie, estamos dejando plata a donde llegamos. En Chihuahua nos tuvieron dos días en el tren, nos dejaron botados en el desierto”.
Otro Estado hostil para los migrantes es Tamaulipas, una entidad donde los niveles de violencia son tan altos que el Departamento de Estado de los Estados Unidos ha designado su peligrosidad como de “nivel cuatro – no viajar”, el mismo nivel que ha asignado a países como Afganistán.
En este Estado, el tráfico de migrantes ha crecido significativamente debido a las políticas restrictivas de las autoridades mexicanas y estadounidenses, lo que ha facilitado las cosas para los grupos criminales que buscan aprovecharse de los migrantes, secuestrarlos y exigir rescates costosos a sus familiares.
Aunque no se cuenta con cifras oficiales, los secuestros y extorsiones contra migrantes han tenido un incremento notable en Tamaulipas desde el 2023.
Según los testimonios de investigadores, activistas, defensores de derechos humanos y personal de albergues en ciudades como Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, recabados por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), se sabe que las autoridades mexicanas toleran o participan en los secuestros.
Los entrevistados, cuya identidad no fue revelada por motivos de seguridad, aseguraron que es el peor momento de la historia para los migrantes en la entidad: “Los secuestros siempre fueron conocidos, pero no eran tan normales como ahora”. “Sacan a la gente de sus tiendas de campaña en la noche, se llevan a familias enteras”. “Todas las mujeres con las que trabajamos han sido violadas. Las mujeres han empezado a tomar anticonceptivos antes de iniciar su viaje, porque saben que pueden ser violadas”, son los testimonios que dieron un trabajador religioso, la directora de un albergue y una abogada que trabaja con solicitantes de asilo.
Otra cosa que preocupa es el desconocimiento de la “cifra negra” de quienes han sido secuestrados, extorsionados o asesinados sin que exista una denuncia.
«Puede haber cientos o miles más que están en el anonimato, en el silencio completo, porque no se sabe en qué otras áreas de la ciudad existen estas mismas dinámicas con estas personas privadas de la libertad y tampoco sabemos el paradero final de ellos”, señala Rosa Mani Arias.
Pero el alarmante incremento de la inseguridad no merma los planes de miles que buscan una vida mejor. Tan sólo durante el primer trimestre del 2024, la Organización Internacional para la Migración reportó un incremento del 200% en la detención de migrantes en México respecto al mismo período del 2023, una tendencia que tampoco parece disminuir con el endurecimiento de las políticas migratorias.