Justo porque el gobierno de la presidenta virtual Claudia Sheinbaum es de continuidad, el PAN manifestó que no tendrá pretexto para no dar resultados, pues está compuesto por personajes experimentados, a los que los mexicanos deberán estar pidiendo resultados desde los primeros días, sin dar un periodo de gracia, manifestó la secretaria general del PAN, Paloma Amezquita.
“Los últimos nombramientos hechos por Claudia Sheinbaum en Turismo, Cultura y Trabajo, aunque son más cercanos a la Presidenta electa, no terminan de despejar la cercanía con Andrés Manuel López Obrador. De modo que todavía hay quienes se preguntan quién realmente va a gobernar con tantos colaboradores cercanos al Presidente”, anotó.
Los recientes nombramientos colocaron a Josefina Rodríguez Zamora como titular de la Secretaría de Turismo; a Marath Baruch Bolaños, como titular de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, y a Claudia Curiel de Icaza, como encargada de la Secretaría de Cultura.
Señaló que el gabinete presidencial prácticamente está armado; sólo falta conocer quiénes estarán al frente de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y de la Secretaría de Marina (SEMAR), así como ver quién estará al frente del IMSS y de PEMEX, que son carteras muy importantes para la gobernabilidad del país.
“Se trata en su gran mayoría de mujeres y hombres experimentados; por tanto, las y los mexicanos deberemos exigir resultados desde el primer día de mandato, pues se trata de un gobierno de continuidad”, dijo, y agregó que ante ello no deberá haber el clásico periodo de “gracia” porque se supone que ya saben lo que cada uno debe hacer.
Agregó que desde el PAN se estará vigilando estrechamente el desempeño del próximo gobierno y “puntualizaremos todos aquellos aspectos que vayan en contra de las personas, de su dignidad, de sus valores, y haremos, como oposición, que se respeten los derechos humanos ante el riesgo que persiste de una regresión y la instalación de una dictadura técnica”.
Finalmente, dijo que la dictadura “técnica” es, en esencia, el ejercicio del poder unipersonal como en sus mejores tiempos del PRI, donde el único que mandaba era el Presidente y los demás poderes estaban de adorno porque se sometían a su mandato.