En la parroquia de Guadalupe se llevaron a cabo los desposorios de la pareja formada por César Muñoz Reyna y Lorena Montes González.
Ellos estuvieron acompañados de sus respectivos papás, padrinos y demás allegados, quienes en su oportunidad unieron sus oraciones para rogar a Dios por el nuevo matrimonio.
Luego, el sacerdote llevó a cabo el ritual matrimonial, durante el cual preguntó a César y Lorena si estaban dispuestos a amarse y respetarse como esposos, así como a recibir con amor los hijos que Dios les mande, a lo que contestaron afirmativamente, aceptándose como marido y mujer.
Postrados ante la imagen del Todopoderoso, los contrayentes recibieron la mancuerna matrimonial y más tarde la bendición nupcial.