Todavía no termina este año, pero ya se rompió el récord de más suicidios de menores de edad cuyas edades van de los 11 a los 17 años, pues hasta el momento suman 13, superando a los 12 del 2019 y más aún a las 6 tragedias de este tipo que se registraron dos años atrás.
De los 13 suicidios infantiles acumulados hasta el momento, dos de ellos corrieron a cargo de niños de apenas 11 años de edad; hubo dos más en adolescentes de 13 años y otros dos en menores de 14 años, mientras que los siete restantes corresponden a jóvenes de entre los 15 y los 17 años.
Enero ha resultado ser este 2020 el mes con el mayor número de suicidios de menores de edad, luego que se cortaron la vida un adolescente de 14 años, otro más de 15, uno más de 16 y el cuarto de 17 años de edad, mientras que en febrero no hubo eventos de ese tipo y en marzo se registró uno más que involucró a un joven de 17 años.
Luego hubo una pausa de tres meses sin suicidios de menores de edad, pero en julio se reanudó la racha con la autoprivación de la vida de dos menores de 11 y 16 años; luego en agosto hubo otro suicidio de un adolescente de 14 años y en septiembre se disparó de nueva cuenta la incidencia al registrarse el suicidio de tres menores, dos de ellos de apenas 13 años de edad y el restante de 15 años.
En lo que va de este mes de noviembre ya se han registrado dos muertes de este tipo en menores de edad, tras la decisión fatal que tomaron un adolescente de 16 años y el más reciente que corresponde a un niño de 11 años.
Este fenómeno, al igual que ocurre en el caso del resto de la población, lamentablemente se ha disparado en los últimos dos años, pues en 2019 se registraron 12 suicidios de menores y en lo que va de este 2020 la cifra ya es de 13, mientras que en 2018 únicamente se confirmaron 6 suicidios de menores y un año antes, es decir en 2017, el número de casos fue de 11.
Para las autoridades de Salud el tema del suicidio entre los menores de edad se ha incrementado debido a factores relacionados o que han sido detonado por la pandemia, como es el caso de la incertidumbre y los ataques del virus, el aumento de la la violencia al interior de las familias y otros problemas derivados del confinamiento.