Washington, 15 oct (EFE News).- Su historia podría inspirar la versión femenina «The pursuit of Happiness», la película que protagonizó Will Smith sobre Chris Gardner, un hombre que quedó en la calle junto a su hijo pero logró llegar a Wall Street. Con 35 años, Candace Valenzuela, quien perdió su casa cuando era niña, aspira a convertirse el próximo 3 de noviembre en la primera congresista latina y afroamericana en Estados Unidos.
La candidatura de Valenzuela ha cobrado fuerza en un país sacudido por las protestas contra la violencia policial y el racismo y por el endurecimiento de la política antiinmigrante de la Administración del presidente Donald Tump.
Madre y educadora, esta mujer nacida en la población fronteriza de El Paso, de madre mexicoestadounidense y padre afroamericano, se impuso en las primarias del Partido Demócrata en el Distrito 24 de Texas, al que espera representar en la Cámara de Representantes a partir de enero.
Pese a no haber aprendido desde pequeña a hablar español por una decisión de su familia para protegerla de las agresiones que sufrieron su abuela y su madre en la escuela, Valenzuela bautizó a sus pequeños Jacinto y Anacleto en honor a sus ancestros mexicanos, e incluso su mascota también tiene un nombre latino, Mateo.
En una entrevista con Efe, Valenzuela se refirió a sus propuestas, a su historia y a la posibilidad de abrir una puerta para las personas que vengan detrás de ella.
LATINA, AFROAMERICANA Y EX «SIN TECHO»
Pregunta: ¿Cómo se siente al enfrentar este reto y ante la posibilidad de convertirse en la primera afrolatina que pueda ser elegida al Congreso estadounidense?
Respuesta: Me siento muy emocionada. Por supuesto, no me postulé para ser la primera de todo, me postulé porque es importante cuando tenemos a alguien que representa a esta comunidad, que quiera luchar por esta comunidad. Y he superado muchos desafíos, debido a mis antecedentes y, en cierto modo, a la lucha contra el racismo que proviene de una vida estadounidense normal, y luego, a veces simplemente lidiando con el colorismo de mi propia comunidad.
Sé lo que es sentirse como si estuvieras al margen. También sé lo que es tener el amor de tu familia y fortalecerte por tu comunidad y ese amor. Y estoy trabajando para que los pasillos del Congreso representen a nuestras comunidades, para que podamos ver más amor y comprensión dentro este país.
P: Cuando mira al pasado quizás puede ser difícil recordarlo por las situaciones que enfrentó al perder su casa, tener que dormir en una piscina infable, caminar con su madre de refugio, quizás se preguntó qué puedo hacer, cuáles son mis opciones en este momento. ¿Qué recuerda de ese tiempo?
R: Creo que eso es lo que pasa cuando se crece en la pobreza y en una situación inestable. Recuerdo haberme sentido de dos maneras: asustada y preguntándome si podría quedarme en la casa en la que vivía (…) porque me movía mucho, pero también siempre había tenido una casa.
Y mi madre al principio fue una luchadora feroz para mí y muy cariñosa en muchos sentidos. Y con el tiempo empecé a encontrar un hogar en la escuela. Mi madre comprendió lo importante que era la escuela, no sólo para convertirte en lo que sueñas ser más tarde en la vida, sino también porque cuando fue allí y estuve con mis amigos y con mis maestros, fue una fuente de alegría. Y siento mucha gratitud, a pesar de que fue muy difícil, por la inteligencia que tuvo mi madre y por la disponibilidad de aquellas escuelas.
Sé que eso no es algo que se da por sentado en todos los países. Y quiero asegurarme de que los niños sientan esa sensación de calidez y oportunidad cuando vayan a nuestras escuelas públicas. Y sólo podemos hacer eso apoyando a nuestros y nuestras familias.
P: ¿Qué ha significado navegar entre estas dos comunidades totalmente diferentes, pero que comparten la misma situación de racismo en ocasiones? ¿Cómo se siente haber crecido en una familia con esta mezcla?
R: Bueno, hasta cierto punto había muchas cosas grandiosas al tener tanta cultura rica para extraer de tanta música increíble, tanto arte y la cultura que viene de tener que lidiar con la superación de los obstáculos, es muy hermoso.
Y me he beneficiado de esa manera, he salido adelante de esa manera. Y en otras formas, ha sido muy difícil, no solamente experimentar la discriminación o experimentar algunos de los problemas de ser una mujer de color en este país, sino también que las dos comunidades no siempre se llevan bien entre sí y cómo eso tiende a manifestarse cuando estás hablando de cómo te trata tu familia o cómo te tratan tus amigos, pero es una gran ventaja ahora en este momento en el que tenemos muchas comunidades diferentes unidas.
(…) Así que estoy orgullosa de ser latina, estoy orgullosa de ser una mujer afroamericana, y estoy orgullosa de ser ambas al mismo tiempo, todo el tiempo.
ABRIRLE LA PUERTA A OTRAS PERSONAS
P. Usted ha dicho que en el Congreso se necesitan madres, se necesitan más mujeres. ¿Qué aportará de su experiencia en caso de llegar a ser congresista ya que usted ha afrontado muchas dificultades, sabe lo difícil que es pagar la escuela y muchas de las cosas que enfrentan las personas?
R. Cuando yo vaya al Congreso, voy a llevar la experiencia de vida que tengo de superar algunos de los dolores y luchas con los que he lidiado en mi vida, tanto por estar sin hogar y a veces estar con hambre, y por ser una mujer latina y afroamericana en Estados Unidos.
La otra cosa que quiero ver más en el Congreso es más representación de diferentes tipos de personas. Tuve la oportunidad de ir a la universidad, y me siento muy afortunada de que me ocurriera, pero espero ver más personas en todas las áreas del Gobierno que no necesariamente hayan asistido a la universidad.
(…) Que tengan experiencia en entender lo que las familias están pasando para que podamos hacer mejores leyes que realmente sirvan a la gente en lugar de servir a un interés especial o a las grandes corporaciones. Estoy emocionada no solo de entrar por la puerta yo misma, sino de abrirla para otras personas detrás de mí.