Familias con años de tradición en la elaboración de tamales y que tenían la seguridad de vender toda su producción el Día de la Candelaria, en plena pandemia se conformaron con completar la venta de lo que hicieron para el día, ya que en los hogares que los consumían en grandes cantidades cambió esto debido a las restricciones sanitarias.
Personas que se dedican a la venta de tamales indican que con las cancelaciones de actos religiosos también se les cayó mucha venta, pues ya no hay reuniones familiares, por lo que esto influyó en las malas ventas.
Además, los costos de la materia prima van en aumento y a la par subió el gas, lo cual hace que muchas mujeres que vendían dicho producto ahora estén en pausa; además, afuera de las escuelas se ponían ofreciendo su producto, pero ahora sin el regreso a clases se ha suspendido este ingreso extra para las familias.
Las tamaleras siguen al pendiente, con pandemia y ante la incertidumbre de no tener las ventas esperadas, ayer, Día de la Candelaria, prefirieron atender sólo los pedidos que les hicieron anticipadamente, sin la certeza de vender más en esta ocasión, a diferencia de otros años, por lo que continúan como cualquier negocio: luchando por sostenerse y que se recupere el trabajo.