Cancún (México), 3 ene (EFE).- El sector turístico mexicano afronta en 2019 el desafío de estabilizar su crecimiento después de sufrir el año pasado la plaga del sargazo en las playas del caribe mientras la inseguridad se mantiene como la principal amenaza.
Pese a que a mediados de 2018 los pronósticos apuntaban una caída drástica de mercados como Canadá y Estados Unidos, el balance general hasta noviembre refleja la estabilización ya que ambos mercados se mantienen con los mismos niveles del año pasado.
La última semana de 2018 marcó el inicio de la temporada vacacional de invierno, considerada históricamente como la mejor del año, debido a que todos los centros vacacionales reportan niveles de ocupación por arriba del 90 por ciento y algunos destinos como Tulum, Holbox e Isla Mujeres se registran llenos totales.
Darío Flota Ocampo, director del Consejo de Promoción Turística de Quintana Roo (CPTQROO), señaló que los destinos del Caribe Mexicano terminaron con un incremento del 6% en la afluencia total de turistas.
El incremento más notorio fue con el turismo nacional con un aumento del 14 por ciento.
El aeropuerto internacional de Cancún se ha convertido en pieza clave con más de 30 nuevos vuelos y rutas aéreas internacionales provenientes de Estados Unidos, Alemania, Rusia, Canadá, Puerto Rico, Colombia y Bélgica.
Apenas el 30 de diciembre la terminal aérea despidió al pasajero número 25 millones del 2018. En 2017 se contabilizaron 23,6 millones de pasajeros, de los cuales la mayoría fueron extranjeros.
Cifras positivas que contrastan con la imagen negativa en redes sociales provocada por la plaga del sargazo, unas algas marinas que inundaron las playas del caribe mexicano.
La crisis del sargazo alcanzó los niveles más altos durante los períodos vacacionales de Semana Santa y verano en 2018 y se convirtió en un grave problema.
Las manchas de sargazo abarcaron extensas zonas dentro del mar y sobre la arena blanca. El primer impacto fue el cambio en el color turquesa y las aguas cristalinas que pasaron a un color ocre y un intenso olor por la descomposición de las algas marinas.
Los esfuerzos por mantener limpias las playas públicas resultaron insuficientes y frente a la amenaza de 2019 han surgido nuevas alternativas para contener el sargazo como barreras instaladas dentro del mar a pocos metros de la playa, barcazas recolectoras e incluso proyectos para utilizarlo como biocombustible.
Se esperaba que a finales de año el sargazo ya no fuera un problema pero en enero y con temperaturas más bajas que en el verano siguen llegando cantidades moderadas de sargazo.
Para el 2019, la Secretaría del Medio Ambiente (Sema) ha solicitado al Congreso estatal un presupuesto de 250 millones de pesos (17.5 millones de dólares) para contratar servicios de contención, limpieza y disposición del alga en mar y playa.
La otra gran amenaza para el sector turístico es la contención de la violencia, después de que el año pasado se registraron 550 asesinatos tan sólo en Cancún, de los cuales 52 eran mujeres.
La mayor parte de los ataques armados registrados y las ejecuciones ocurrieron en barrios populares y zonas alejadas de las áreas turísticas, aunque algunos actos de violencia tuvieron lugar en los centros turísticos.
Según la Secretaría Estatal de Seguridad Pública, los delitos de alto impacto disminuyeron un 30% durante los últimos meses de 2018 en Quintana Roo.
El gobierno de Quintana Roo planea instalar un mando único policial en 10 municipios en 2019 como parte de la estrategia global para frenar la inseguridad provocada en gran parte por la lucha entre los grupos que se disputan el control de la plaza.
A pesar del incremento de los niveles delictivos y la difusión de hechos violentos, turistas como Rafael Dorantes Paz, quien llegó desde Querétaro, lleva más de una semana recorriendo zonas arqueológicas, cenotes, grutas y playas junto con su familia y sin que haya sentido ningún temor.
«No se percibe inseguridad tal como reflejan algunos medios. Hay mucha seguridad. Lo que se ve en la zona turística está bien», aseguró a EFE.
María de Lourdes Miranda Fuentes, una turista de la tercera edad que lleva más de una semana recorriendo el sureste de México en un grupo de turistas, agregó que ni el sargazo ni la inseguridad son motivos suficientes para detener a los viajeros que disfrutan de las bellezas naturales y las zonas arqueológicas de México.