México, 2 mar (EFE).- El jefe de la oficina de la Presidencia de México, Alfonso Romo, fue señalado este lunes por una investigación periodística que lo acusa de ser «un cacique» del agua en la península de Yucatán y de incurrir allí en irregularidades con la empresa Enerall, que fundó y lideró hasta que asumió su cargo actual.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) investigó en abril de 2018 un megaproyecto de Enerall de fertilización, constituida en 2007 por el ahora jefe de gabinete de Andrés Manuel López Obrador, en la que los inspectores encontraron un cenote de 5.500 metros cuadrados tapado con tierra, rocas y convertido en fango.
Según la investigación, llevada a cabo por CONNECTAS, Aristegui Noticias, Proceso, Ruido en la Red, Univision, Vice en Español y el apoyo del International Center for Journalists (ICFJ), Romo era entonces el responsable de la empresa, que abandonó en noviembre de 2018 al asumir su actual cargo, pese a que la compañía sigue en manos de su familia.
Profepa no denunció el caso a la Fiscalía para investigar un posible delito ambiental, sino que cerró el expediente con la aplicación de una multa y con la clausura temporal del terreno donde se encontraba el daño del cenote, un tipo de pozo o estanque de agua dulce típico de Yucatán, en el sureste de México, que se abastece gracias a ríos subterráneos.
La compañía de Alfonso Romo, ingeniero agrónomo, se había comprometido a preservar esos cuerpos de agua y no tenía permiso para intervenir el cenote destruido, según la carpeta de investigación de Profepa.
Enerall, más allá de ese pozo, acumuló en una década 15.000 hectáreas, con lo que se convirtió en la mayor explotadora de agua subterránea para uso agrícola en la península de Yucatán y la tercera en todo el país, un proceso para el que intervino áreas de la selva maya y comprometió el hábitat y la fauna asentada en esas zonas.
La compañía se comprometió con 11 medidas para mitigar sus daños ambientales, aprobadas por las autoridades, aunque Profepa no ha realizado ninguna auditoría para constatar su cumplimiento.
El uso del agua de Enerall responde al objetivo de la firma de convertir suelos improductivos en suelos fértiles, para lo que riega 270 días al año y durante siete horas sus terrenos con agua del subsuelo.
Romo, además de Enerall, fue el inversor principal de Synthetic Genomics, una firma dedicada a la biología sintética liderada por Craig Venter, el científico que completó el mapa del genoma humano, y años atrás fundó Séminis, una compañía que fue adquirida por Monsanto, una de las principales fabricantes de semillas transgénicas del mundo.
El agua del acuífero de la península de Yucatán es clave para la zona y, aunque el acuífero cuenta todavía con recursos masivos, en la última década ha visto desplomarse en casi 50 % su disponibilidad media anual, según la investigación, que relaciona el hecho con el incremento de permisos para explotar el acuífero en los últimos 10 años.
El retroceso en la disponibilidad de agua ha provocado malestar entre productores mayas, quienes a partir de 2016, según la Comisión Nacional del Agua (Conagua), padecen registros históricos de sequía extrema.
Cuando se dio la batalla legal con la Profepa por tupir el cenote, en abril de 2018, Romo, que ya estuvo relacionado con los expresidentes Carlos Salinas de Gortari (1988-1994) y Vicente Fox (2000-2006), era uno de los coordinadores de la candidatura de López Obrador.
El exsecretario de Hacienda, Carlos Urzúa, renunció a su cargo en julio de 2019 por la influencia de Romo, a quien acusó de tener un potencial conflicto de interés por intentar infiltrar en la administración a personas afines a sus intereses de negocio, lo que el jefe de gabinete negó.
Según la investigación, mientras la dimisión de Urzúa se hacía pública, Romo estaba reunido con el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, hablando de nuevas inversiones en ese estado.