Una escena más que lamentable se vivió el sábado en Durango, donde a punta de huevazos corrieron al presidente nacional de MORENA, Mario Delgado, pues al grito de traidor y vendido sus propios compañeros le recriminaron que hayan impuesto a una candidata al Gobierno del Estado.
Estos shows no deberían suceder, porque se supone que tenemos políticos e instituciones de alto nivel, pero hay cada personaje… que hasta pena ajena dan.
Cierto, la clase política ha bajado de nivel, pues entre mismos correligionarios ya no hay respeto, pues una cosa es la confrontación y otra la agresión, y lo que le sucedió a Mario Delgado ha ocurrido en otras ocasiones, con otros personajes y de otros tantos partidos, lo que quiere decir que esto se seguirá viendo en la escena política mexicana.
Pero cuidado, cuántas veces la política se ha manchado de sangre, teniendo el mejor ejemplo en el malogrado Luis Donaldo Colosio, quien fue asesinado a la vista de cientos de personas con el desenlace ya de todos conocido: dudas, intrigas, deslindes, en fin, aunque hay una persona en prisión, este tema sigue igual de turbio al paso de los años.
El problema en MORENA, donde se suscitó este incidente, creemos, es que sus militantes creen poder tener el poder por el solo hecho de que es el partido de Andrés Manuel López Obrador, quien formó esta organización política para lograr su objetivo de muchos años: la Presidencia de México, no en balde duró muchos años en eterna campaña, pero no dura todo para siempre, pues su mandato termina en 3 años y, para entonces, su partido debe estar más que afianzado, cosa que se ve difícil ante tanto problema.
Aunque ahora está en la cima del poder MORENA tiene que empezar por afianzar sus estructuras, que no le pase lo que al PRD, de donde por cierto viene el Presidente, pues al partido se lo acabaron sus tribus por el reparto del botín político, convirtiéndolo en un partido morralla.
MORENA está lleno de conflictos, fracturas internas y hasta huelgas, como la organización reportó hace unos días en Aguascalientes, y la nominación de candidatos a las gubernaturas ha dejado a uno que otro aspirante con molestia, con verdadero enojo, pero lo peor, con resentimientos, que si no se canalizan bien pueden llegar a la violencia, como en esta ocasión.
En el apasionamiento la sangre puede llegar al río no habiendo necesidad, pues basta con dirimir las diferencias, con sentarse a la mesa y dialogar, pues se supone que al final MORENA es la estructura que debe ser el soporte de las decisiones del jefe del Ejecutivo, pero principalmente debe ser, como los otros partidos, fiel de la balanza para la estabilidad política de todo el país.