Está bien que los legisladores defienden sus intereses, proyectos e ideología en tribuna, pero lo de anoche se convirtió en descalificaciones, interrupciones y mucho debate, pero con señalamientos que no abonan a buenos acuerdos.
Cierto, un debate debe ser caldeado y el tema no es para menos: la aprobación o no de la reforma eléctrica, que supone un asunto más que delicado, porque las consecuencias es para toda la población y el beneficio para unos cuantos, porque se pretendía que el servicio eléctrico regrese a control del Estado y los primeros damnificados serían las empresas privadas que han invertido millonarias sumas en la modernización.
La mayor arista, según especialistas, es que la Comisión Federal de Electricidad sería responsable del Sistema Eléctrico Nacional, ya no habría concesiones a privados para explotar el litio y desaparecerían la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Reguladora de Energía, lo que supone que en efecto, el Estado monopolizaría el servicio eléctrico sin ningún ente regulador, lo que colocaría a inversionistas y usuarios en total indefensión.
Hubo decenas de foros para tratar de convencer a medio mundo, pero al parecer no lo lograron, por lo que diputados de la oposición, mayoritariamente los que integran la alianza Va Por México, que son PRI, PAN y PRD, a pesar de sus opuestas ideologías políticas, presentaron su contrapropuesta, en donde sobresale la no afectación a privados, que son los que más le han invertido al asunto; la promoción de fuentes limpias, que tanto necesita el planeta para mejorar el medio ambiente; el respeto a los órganos autónomos; abrir el litio a la inversión extranjera y privada, pero sobre todo promover la energía eléctrica como derecho humano.
Pero el presidente López Obrador, aferrado a su propuesta, ya amenazó y dice que en caso de que no se apruebe su reforma, como sucedió anoche, inmediatamente tomaría cartas en el asunto y lanzaría otro decretazo al reformar la ley minera y ordenar que el litio, mineral estratégico para la generación de energía, sólo pueda ser explotado por mexicanos, lo que otra vez sería cerrar las puertas a la inversión privada y extranjera.
Todos estos puntos son los que desde ayer estuvieron a debate, pero el show que le antecedió fue de los más curioso, por llamarlo de alguna manera, en la política mexicana: diputados de oposición, previniendo un madruguete legislativo de la bancada de MORENA y agregados, se fueron con todo y colchonetas, sleeping bag, almohadas y cobijas para pernoctar en San Lázaro, donde hasta se dieron tiempo de preparar una carnita asada. Así el nivel de política en el país.
Pues así las cosas, el debate estuvo más que aderezado de descalificaciones, insultos, recriminaciones, gritos, interrupciones, pero lo verdaderamente importante es que no pasó la reforma eléctrica como lo proponía el Presidente, ahora vendrá su respuesta que se espera, no sea nada tersa