Las consecuencias de abandonar la salud mental de los hidrocálidos cobró en apenas 24 horas una de sus tasas más altas y dramáticas, pues siete personas decidieron quitarse la vida sólo en este fin de semana, aumentando de forma sustancial el índice y superando el récord de 2019 cuando entre el 13 y el 14 de mayo se había vivido la peor jornada de suicidios en la historia de Aguascalientes, hasta hoy, con seis eventos.
El primer incidente sucedió a las 09:15 horas del domingo en un centro de rehabilitación ubicado en la calle Francisco I. Madero de la colonia Francisco Villa, en Pabellón de Arteaga, en donde una atribulada mujer informó que su hija de 16 años de edad de nombre Paola Estefanía se había encerrado en el baño, y al ver que no salía, fue a tocar la puerta. Tras no obtener respuesta decidió ingresar a la fuerza, encontrando a su hija suspendida e inconsciente.
El segundo suceso se confirmó el mismo domingo luego de que al C4 Municipal se reportó que en la casa 116 de la calle Puerto de Chiapas, en el fraccionamiento Villas del Puertecito, había sido localizado un joven colgado de la protección de un boiler, luego de haber utilizado una cuerda en color amarillo. Fue la abuela a quien tocó informar que su nieto había arribado a su domicilio bajo los efectos del alcohol y que al parecer había terminado una relación sentimental. Tras varios minutos fue a buscarlo luego de no saber nada de él, y lo encontró colgado en el patio, por lo que junto con su sobrino lo descolgaron. Los paramédicos que llegaron poco después confirmaron que la tragedia se había consumado.
El tercer suceso se conoció casi a la misma hora, luego de que el servicio 911 recibiera el reporte de que en un camino de terracería, ubicado a la altura de la comunidad Edmundo Gámez Orozco, en Pabellón de Arteaga, había sido localizado un hombre suspendido de un árbol. Los servicios de emergencia localizaron el cadáver, y hasta el momento el hombre no ha sido identificado.
Los servicios de emergencia aún no se reponían de la sorpresa cuando un cuarto incidente se reportó en la calle Arroyo Blanco de la colonia Los Arroyitos, en el municipio de Jesús María, en donde oficiales se entrevistaron con Guadalupe, de 25 años de edad, que informó que encontró a su esposo, de nombre Juan Pablo, de 44 años de edad, suspendido de su cuello con un cinturón de piel, y a pesar de que lo descolgaron de inmediato ya no respondió a ningún estímulo, desconociéndose las causas que lo orillaron a tomar tan terrible decisión.
Los servicios de emergencia ya sabían que tenían ante sí una situación atípica cuando recibieron el reporte de que en la casa con el número 2930 de la Avenida Mariano Hidalgo, en el fraccionamiento Periodistas, se había suscitado otro suicidio, ahora de Silvia N. de 39 años, cuyos familiares refirieron que tenían dos días de no verla.
La emergencia ya era clara cuando de nueva cuenta se originó un reporte para el 104 de la calle Pedregales, esquina con la calle Recinto Bonaterra 1, donde el angustiado esposo de Hilda Carolina, de 31 años, dijo a los servicios de emergencia que la encontró colgada de uno de los peldaños de la escalera, desconociendo cuánto tiempo tenía así, y que procedió a descolgarla y e intentar reanimarla, mientras solicitaba la presencia de paramédicos, que solo confirmaron la muerte de la joven mujer.
La serie de tragedias se vio culminada con el reporte para un domicilio ubicado en la comunidad Los Lira, en Pabellón de Arteaga, en donde en una primera instancia se dio a conocer que había una persona lesionada por proyectil de arma de fuego. Los elementos de la Policía Estatal y paramédicos acudieron de inmediato y confirmaron lo impensable: se trataba del séptimo suicidio del día. Don Braulio, de 60 años de edad, había tomado la fatídica decisión de dispararse en la cabeza. Su hijo Ricardo, de 27 años, relató que su padre había permanecido varias horas en su habitación, hasta que escuchó una fuerte detonación. Se vio obligado a forzar la puerta, pues estaba cerrada con llave. Al lograr entrar vio a su padre empapado en sangre y volviéndose el séptimo protagonista de la peor jornada de la que se tenga memoria en Aguascalientes.
De esta forma, no sólo alcanzamos los 177 suicidios, apenas a cuatro de alcanzar el récord del año pasado, sino que además amanecemos en medio de múltiples preguntas que, para variar, no tienen respuesta.