México, 28 ene (EFE).- El magnate mexicano Carlos Slim cumplió este 28 de enero 80 años manteniéndose como el hombre más rico de México y ahora acercándose a la política con su buena relación, aunque no libre de tensión, con el presidente Andrés Manuel López Obrador.
En privado, el magnate Carlos Slim (Ciudad de México, 1940) es conocido por su sencillez y austeridad, y en público, por su buen olfato para los negocios, que le ha llevado a sus 80 años a amasar más de 64.000 millones de dólares, según el listado de las mayores fortunas del mundo de la revista Forbes del 2019.
Slim llegó a encabezar esa lista entre 2010 y 2012 y actualmente ocupa la posición 5 a nivel mundial, si bien se vio afectado en los últimos años por el a veces irregular desempeño de la operadora de telefonía móvil América Móvil, que no obstante sigue siendo la mayor firma de telecomunicaciones de América Latina.
Pero su presencia en este sector, del que también posee participaciones de la firma Teléfonos de México (Telmex), no es la única fuente de ingresos del multimillonario de origen libanés.
TENTÁCULOS EMPRESARIALES
Slim tiene el Grupo Financiero Inbursa, que opera un banco, una casa de bolsa, una administradora de fondos de retiro y una aseguradora, entre otras filiales.
Mantiene el control de sus empresas principalmente a través del Grupo Carso, uno de los conglomerados más importantes de México, que incluyen entre otros al Grupo Condumex (de construcción), la compañía Carso Infraestructura y Construcción, Carso Energy (dedicada a gasoductos y energías no renovables) o Grupo Sanborns (cadena de cafeterías y establecimientos comerciales).
A través de Inversora Carso, Slim se convirtió en 2016 en el principal accionista de la constructora española FCC.
El magnate es socio mayoritario de equipos de fútbol, entre ellos del Real Oviedo, en España, y sostiene el proyecto escudería Telmex del que salió el piloto mexicano de F1 Sergio Pérez, a quien ha apoyado durante toda su carrera y al que sostiene en el equipo SportPesa Racing Point F1 Team.
En ese país tiene además participación en La Caixa, donde entró en el accionariado en 2011 tras comprar una participación en Criteria antes de convertirse en Caixabank.
Recientemente, anunció el 3 % de participación en la promotora inmobiliaria Quabit de España, donde también tiene acciones de Realia.
A causa de esa voracidad, sus detractores lo acusan de monopolizar los mercados, la clave para acumular semejante fortuna desde los años 90 hasta la fecha en un país donde casi la mitad de la población es pobre.
Quizás por ello, Slim se ha dedicado en los últimos años a compaginar su actividad en el mundo del dinero con la Fundación Carlos Slim, que gestiona diversas entidades y programas en educación, empleo, salud o cultura, entre otros.
De hecho, en los últimos quince años este mexicano de origen libanés ha dejado la mayor parte del control de sus empresas a sus hijos, yernos y sobrinos, y él se ha centrado en sus actividades filantrópicas.
Según fuentes cercanas a Slim, el multimillonario es enemigo de la ostentación y la extravagancia, es informal, trabaja en mangas de camisa y nunca lleva joyas ostentosas, como si fuera la antítesis de los magnates que posan para las revistas de la alta sociedad.
«Yo no soy rico, soy sabroso», llegó a bromear hace unos años cuando le hacían comentarios sobre su fortuna. Tiene gustos sencillos, como los dulces de Morelia, los antojitos mexicanos y las paletas de sabores.
SUS VÍNCULOS CON EL PODER
Esa imagen de hombre sencillo y bonachón no impide que Slim esté fuertemente ligado a los poderosos mexicanos, sean del color político que sean.
A diferencia de otros empresarios relevantes, Slim ha mostrado bastante cercanía con el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien asumió el poder el 1 de diciembre de 2018, aunque tuvieron desavenencias como la cancelación del nuevo aeropuerto internacional de México (NAIM), una obra del expresidente Enrique Peña Nieto (2012-2018).
El pasado 16 de octubre, por ejemplo, Slim estimó que invertirá más de 100.000 millones de pesos (unos 5.300 millones de dólares) durante el sexenio de López Obrador, que ha de culminar en 2024.
También anunció a finales de año que Telmex-Telnor buscarían llevar la red de telecomunicaciones a lugares recónditos de México, beneficiando a hasta 20 millones de personas.
El mandatario mexicano, del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), ha agradecido públicamente en varias ocasiones la colaboración de Slim para fortalecer México «ayudando al crecimiento económico y al bienestar».
Como prueba de esta buena relación gubernamental, la ministra de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, publicó este martes en Twitter junto a una foto: «Ayer me reuní con Carlos Slim, quien además de ser un gran empresario, es un muy querido amigo. Hoy, aprovecho este medio para desearle un muy feliz cumpleaños, esperando tenga un excelente día, rodeado de sus seres queridos».
LA IMPORTANCIA DE LA FAMILIA
Slim, quien nació en 1940 en una familia de inmigrantes libaneses, se casó con Soumaya Domit en 1966, fallecida en 1999, y la pareja tuvo seis hijos (Carlos, Marco Antonio, Patricio, Soumaya, Vanessa y Johanna), los cuales le han dado un total de 19 nietos, para él el valor más importante.
Entre sus aficiones está el béisbol -como López Obrador- disfruta del turismo ecológico, del Mar de Cortés y del arte, tanto que uno de los principales museos de esta capital, con 66.000 obras, lo creó su fundación y recibió el nombre de su difunta esposa, el Museo Soumaya.
Fuentes de América Móvil confirmaron a Efe que no había ninguna actividad pública programada para el magnate con motivo de su natalicio.